Era una
mañana brillante, a la mitad del mes de Mayo.
Un mes en
el nuevo semestre, las nuevas relaciones de los estudiantes de la clase 2-5 ya
se habían consolidado, cada uno de ellos está felizmente entretenido con su
juventud en este nuevo ambiente.
Muchos de
ellos estaban ocupados hablando con sus nuevos amigos del salón, los de años
anteriores, o con ambos.
El tema
numero uno de discusión entre ellos era el estudiante transferido que se
suponía que llegaba hoy a la clase.
¿Por qué
ahora, ya pasado un mes del semestre? ¿Es un chico o una chica? Espero que sea
un chico guapo. Espero que sea una chica linda. Espero que sea divertido. ¿Me
pregunto si es inteligente? ¿Será bueno en un deporte? Sería genial que tocara
un instrumento.
… Sin
embargo, había una chica que no participaba en tan animada conversación, ella
estaba sentada sola en su pupitre con el ceño fruncido mientras leía un libro.
Su sedoso
cabello negro era algo digno de contemplar y sus refinados rasgos faciales le
daban un aire de sofisticación.
Ella era
Yozora Mikazuki.
Ocasionalmente
hacía una mueca al escuchar las alegres voces de sus compañeros o los gritos de
los clubs deportivos en la pista de carreras del patio, todo eso sin levantar
sus ojos de aspecto aburrido de su libro.
Desde que
entró al segundo grado… No, desde que entró a esta escuela, Yozora pasaba de
esta manera la mayoría de los días en clase.
Su
aspecto era lo suficientemente bueno como para atraer la atención de la gente y
en abril, algunos de sus compañeros trataron de conversar con ella, sin
embargo, debido a que ella siempre habla con un tono de voz frío y siempre
respondía de manera pobre (O algunas veces no respondía nada), ya no quedaba
nadie en la clase que quisiera hablar con ella.
Además de
su atmosfera nada amigable, ella también tenía buenas notas y habilidades
atléticas, y también le daría la más fría de las miradas a cualquiera que
tratara de meterse con ella, lo cual la salvó de cualquier tipo de acoso
escolar que pudiese haber ocurrido.
También,
su actitud en clase no era nada buena. Era especialmente mala en la clase de
ingles, donde ignoraba completamente cualquier actividad que requería trabajar
con alguien más, simplemente optaba por mirar fijamente la ventana. Sin
embargo, a pesar de su actitud, ningún maestro la regañó por eso ya que sus
calificaciones eran las mejores de la clase.
Una
persona rara a la que le gusta estar sola y odia a las demás personas.
Así era
como los otros estudiantes de la clase 2-5 veían a Yozora Mikadzuki, y fue la
misma Yozora la que se hizo esa reputación.
Una vida
escolar sin amigos, sin hablar con alguien ni involucrándose con los demás.
Sería una
mentira decir que ella lo disfrutaba.
También
sería una mentira decir que ella no tenía interés en vivir una agradable vida
escolar.
Es obvio
que disfrutar algo es mucho mejor que sólo estar aburrida por ello, es sentido
común.
No es que
ella disfrutara estar sola, o que odiara a las demás personas.
Aun así,
si eso significa tener que “pasar por eso”, entonces era mejor evitar una vida
escolar agradable.
Sin
amigos, sin novio.
Yo estoy
bien sola.
Eso es lo
que Yozora pensaba… o mejor dicho, eso es lo que fue forzada a pensar.
En ese
momento, la campana sonó, señalando el inicio de la clase.
Tres
minuto después, su maestra entró al salón con una cara de preocupación y le
dijo a sus alumnos, “Por alguna razón, el estudiante transferido que llegaría
hoy aun no ha llegado”, haciendo de la clase un mar de murmullos.
«A quién le importa»,
pensó Yozora.
No
importa si un estudiante transferido viene aquí, no tiene nada que ver conmigo.
La clase
terminó con algunos estudiantes murmurando entre si mientras Yozora guardaba su
libro y apuntes de Historia antes de volver a leer.
No tenía
un disgusto en particular por la lectura, pero también era cierto que rara vez
disfrutaba mucho leer un libro en clase.
En la
escuela, frecuentemente escogía pequeños libros extranjeros traducidos al
Japonés o libros académicos, el tipo de libros que pondrían a dormir a la
mayoría de jóvenes de su edad.
De hecho,
a Yozora tampoco le gustaban mucho esos libros, y muchas veces terminaba
simplemente leyendo las palabras de una página sin comprender lo que estaba
escrito.
Su
criterio para escoger los libros que iba a leer en clases era sencillo.
Ella
quería libros que, si alguien le preguntaba que estaba leyendo, lo harían
sonreír incómodamente a uno y se alejarían después de saber que libro era.
Los
libros que Yozora leía en la escuela no eran más que un escudo para repeler a
otros.
Gracias a
que frecuentemente leía eso libros, adquirió un gran conocimiento sobre varios
temas, sin embargo, ese conocimiento era inútil dado que no tenía con quien
compartirlo.
A decir
verdad, ella disfrutaba de los libros más simples y entretenidos.
Podía
leer y disfrutar novelas de misterio, romance o fantasía, pero de hecho
disfrutaba más leyendo un manga que una novela, en especial le gustaban los
mangas shonen para niños pequeños.
El
protagonista siempre ganaba. El esfuerzo siempre es recompensado.
Y por
encima de todo, la amistad es eterna y nunca se destruye.
Victoria,
esfuerzo, amistad. A Yozora le gustaban las historias basadas en estos simples
principios.
¿Cómo
podrían no gustarle? Después de todo, eran mucho mejor que la realidad.
Si tan
solo la realidad fuera tan sencilla como lo es en un manga shonen…
Yozora no
era lo suficientemente ingenua para desear algo como eso de verdad, pero
ocasionalmente la idea flotaba por su mente.
La
campana sonó, avisando a todos el comienzo del primer periodo.
Su
maestra de Historia, la Srta. Asada (una joven maestra de aspecto tímido),
comenzó con la clase poco después.
Ella
siempre daba la clase exactamente siguiendo el libro, debido a esto la clase no
era muy difícil, pero por eso era muy aburrida.
Esto lo
sufría especialmente Yozora, quien siempre leía de antemano el material que
cubría la clase, por eso no aprendía nada nuevo.
Aparte de
los chicos que se emocionaban porque la hermosa Srta. Asada les daba clase, el
resto de la clase cayó en la misma monotonía de siempre.
Cerca de
la mitad del primer periodo, muchos alumnos estaban cerca o ya estaban contando
ovejas.
Yozora
estaba entre esos estudiantes, sus parpados a cada minuto se ponían más pesados
desde que apoyó la quijada en su brazo y miraba fijamente su libro antes de
finalmente cerrar sus ojos por completo.
De
repente, la clase cobró vida de nuevo.
Aparentemente
alguien acababa de entrar por la puerta del salón.
«¿A quién le importa…?» Pensó
Yozora, sin siquiera abrir sus ojos. Estoy
muy cansada para esto, fue lo que se dijo a si misma.
—Ah…
¿Quién eres tú?
Y lo que
le contestaron a la Srta. Asada fue:
—Soy el
nuevo estudiante transferido, Kodaka Hasegawa. Mucho gusto.
¡¿Uwah…?!
La voz
que todos escucharon era tan extrañamente profunda que hizo que los instintos
naturales de todos gritarían algo peligroso próximamente. Incluso Yozora se sorprendió
un poco y por eso abrió sus ojos para ver de donde provenía esa voz.
En ese
instante, todo rastro de sueño en ella desapareció por completo.
Una
cabeza con cabello castaño y un rubio opaco que daba la impresión de que él
trató de teñirlo pero lo hizo mal y un par de ojos penetrantes que parecía que
te estaba observando todo el rato.
Y como si
su cara aterradora no fuese suficiente, por alguna razón sus ojos estaban
enrojecidos, dando la impresión que el era alguna clase de drogadicto.
… ¡Por
todos los cielos! Este chico es alguien de cuidado.
Pensamientos
similares a este atravesaron las mentes todos los alumnos. Incluso la Srta.
Asada parecía asustada.
Sin
embargo, sólo Yozora estaba ocupada pensando algo completamente diferente a los
demás.
Yo conozco
a ese chico.
Lo
recuerdo. Siempre lo he recodado. Nunca lo he olvidado. Nunca podría olvidarlo.
¡Taka!
El mejor
amigo de Yozora que de repente la abandonó hace diez años.
10 años
han pasado, pero ese pelo característico de él y sus ojos siguen siendo los
mismos que en el pasado.
Su nombre
era “Kodaka”, y por eso su apodo era “Taka”.
Ella, por
otro lado, nunca le dijo su nombre real, “Yozora”, e hizo que la llamara por su
apodo “Sora”.
Ella
jamás le menciono su género y lentamente se convirtieron en mejores amigos,
pero mientras los días pasaban, un dolor agudo en su pecho iba creciendo. Ese
dolor, probablemente por la culpa que sentía, eventualmente se convirtió en
algo que ya no pudo aguantar, así que finalmente reunió el coraje suficiente
para decirle la verdad, pero entonces, de pronto, él desapareció.
La vida
de Yozora después de eso fue tan desastrosa que la única manera de describirla
era como un pasado oscuro.
Ella
trató muchas cosas para llenar el vacío que le causó la desaparición de Taka.
Intento
hacer cosas que la harían gemir y retorcerse en agonía tan solo por recordarlas
una vez más…
Y,
después de todo eso, lo que Yozora finalmente decidió hacer… fue simplemente
rendirse.
Se dijo a
si misma que ya no iba a ser capaz de tener una juventud normal y se resignó a
tener ese destino. Entonces ella guardó las memorias felices de todos los días
que pasó con Taka en lo más profundo de su corazón y dejó de intentar tener una
vida divertida, en lugar de eso, escogió guardarse todo y solo dejar que pasara
el tiempo cada día.
—E-está
bien, entonces, um, t-te puedes sentar en el pupitre de allá…
La Srta.
Asada mandó a Kodaka a su asiento.
Antes de
dirigirse a su asiento, Kodaka echó un vistazo alrededor del salón e hizo una
intimidante y diabólica sonrisa, la que esperarías ver en un monstruo come
hombres, haciendo que el ambiente en el salón se tornara aun más frío.
Probablemente
Yozora fue la única que sintió alivio en lugar de miedo.
Realmente
él no ha cambiado nada en estos diez años.
Es
malísimo haciendo una sonrisa, y cualquier intento de ser amigable con otras
personas siempre causa el efecto contrario.
… Aunque
a Yozora también le gustaba esa parte de él, por que ella era muy parecida.
Entonces
Kodaka Hasegawa comenzó a caminar hacia su asiento.
El resto
de los alumnos aparataron la mirada, pero Yozora no, ella era la única que
miraba fijamente a Kodaka.
Kodaka,
con la misma sonrisa diabólica de antes, casualmente pasó frente al pupitre de
Yozora.
Parecía
que estaba increíblemente nervioso y no se dio cuenta de que Yozora lo
observaba.
Mientras
ella estaba enojada por que él no la reconoció de inmediato, hoy era la primera
vez en un largo… de verdad, muy largo tiempo que Yozora se había sentido así de
emocionada.
Taka
había regresado a mí.
Se sentía
como si el tiempo por fin había vuelto a avanzar después de estar congelado
estos diez años.
Antes de
que se diera cuenta, en el rostro de Yozora se formó una sonrisa.
¡Eso es……
mi juventud comienza ahora!
☺
¡Eso es,
mi juventud comienza ahora!
Hubo un tiempo
en que ella tuvo esos pensamientos.
—¡¿Por
qué todavía no se da cuenta?!— Gritó Yozora con voz áspera, incapaz de contener
su frustración estando sola en el salón en la puesta de sol.
Rápidamente
se dio cuenta de lo que había hecho y comenzó a sonrojarse mientras revisaba
que no hubiera nadie afuera del salón.
No había
nadie en el pasillo, al parecer no hubo alguien que escuchara su grito.
Mientras
una sensación de alivio recorría su cuerpo, Yozora se dirigió al escritorio de
Kodaka cerca de la ventana.
Entonces
abrió la ventana, se sentó en el borde y suspiro mientras observaba el pupitre
de Kodaka enfrente de ella.
Ha pasado
un mes desde que Kodaka llegó a esta escuela.
Yozora
pasó los primeros días emocionada preguntándose cuando Kodaka se daría cuanta
de quien era ella, lo cual era por si solo muy agradable.
Sin
embargo, una semana pasó rápidamente, después dos, después tres, sin ningun
signo de que Kodaka tuviera una minima sospecha de que Yozora era su viejo mejor amigo, Sora.
De hecho,
ella aun no había tenido una solo oportunidad de hablar con Kodaka.
Todos los
compañeros de Yozora veían a Kodaka como alguien peligroso después de su
terrible primera impresión y mientras Kodaka hacía su mejor esfuerzo para
solucionarlo tratando de hablar con ellos, su sorprendente mala suerte causaba
el efecto contrario.
En
realidad, Yozora pensaba que la forma en que veía a los compañeros que se
sentaban alrededor de él se parecía a como un halcón observaba a su presa, como
si estuviera decidiendo a quien de ellos iba a asaltar. De hecho, era tan mala
que ella se preguntaba si tal vez de verdad él era un delincuente.
No se
atrevía a iniciar una conversación con el (chico que todos piensan que es un)
delincuente al que nadie le hablaba.
Encima de
eso, normalmente Yozora evitaba hablar con alguien en clase, por lo tanto si
ella iba y conversaba con Kodaka, todos se iban a dar cuenta.
… Era
muy, como decirlo… muy vergonzoso para ella.
Aunque la razón más importante… era que después de pasar tanto tiempo sola y
aislada en la escuela, ella ni siquiera sabía como hablar con alguien más.
Este era
un problema muy serio.
¿Cómo lo
llamaba? ¿Debería decir “Um”, “Oye”, “Hola”, “Que tal” o “Disculpa”? ¿Cómo
deciden las demás personas cual frase usar? Ella desconocía ese tema por
completo.
Por eso,
Yozora había estado esperando que Kodaka fuera el que le hablara, pero… por
alguna razón, Kodaka solo intentaba hablar con otros chicos y no importaba
cuantas veces Yozora caminara delante de él, o que tan seguido ella fuera al casillero
que estaba atrás, pretendiendo ir por libros y otras cosas, Kodaka no la notaba
ni un poco.
Pensando
como ella paso el último mes con pecho lleno de una insoportable cantidad de
irritación.
¡Me
esfuerzo mucho para poder hablarle, pero él solo…!
La irritación
en su pecho continuaba creciendo y no había señales de que fuera a detenerse.
Esto está
empeorando, necesito hacer mi “rutina”.
—¿Oye, tú
que piensas de esto, Tomo-chan?
De
repente… Yozora volteo para su lado y comenzó a conversar con el espacio vacío
que estaba a su lado.
Un amigo de aire.
Yozora
inventó este personaje ficticio después de “cierto suceso” durante su paso por
la secundaria, esencialmente era un amigo imaginario, con el mismo contexto de
imaginar tocar una guitarra de aire.
Su nombre
era Tomo-chan.
Tomo-chan
era atractiva, atlética, una chica increíble, hábil en muchos tipos de arte
incluyendo el canto y la pintura, pero también se preocupaba por los demás y
especialmente por su mejor amiga, Yozora. Ella era la amiga perfecta que
siempre tenía una historia divertida para contar y siempre tenía listo un oído
para escuchar tus problemas (un oído hecho de aire, por supuesto).
A
diferencia de la mayoría de los amigos imaginarios con los que los niños del
mundo sueñan, Yozora no podía ver a Tomo-chan y tampoco creía que existiera de
verdad.
Incluso
Yozora sentía que lo que estaba haciendo era totalmente ridículo.
De verdad
era ridículo… muy patético.
El nombre
que le dio era muy simple, y pensándolo bien, era imposible que un humano perfecto
como Tomo-chan solo tuviera a Yozora como amiga.
Pero aun
así, eso no detuvo a Yozora.
De la
misma forma en que alguien se siente lleno de energía después de tocar una
guitarra de aire y pretender que acaba de dar un concierto real, tener una
conversación con Tomo-chan era muy agradable.
De hecho,
en lugar de ser agradable… sería más apropiado decir que eso le permitía hacer
el papel de chica “normal” de preparatoria teniendo una charla agradable con
sus amigos “normales”.
Ella
había tenido experiencias similares en el pasado cuando pretendía ser un
superhéroe con Kodaka. Se metía tanto en su papel que intentaba doblar su
cuerpo en formas que no eran apropiadas solo para poder hacer algún tipo de
ataque especial, solo para acabar lastimada. En pocas palabras, Yozora siempre
tuvo la tendencia de llevar demasiado lejos cualquier juego.
Sin
embargo, también era muy conciente de cómo dicha tendencia la había metido en
muchos problemas en el pasado, por eso era muy cuidadosa escogiendo el tiempo y
el lugar para hablar con Tomo-chan, pero… hoy no fue lo suficientemente
cuidadosa.
—Oh sí,
ahora que lo mencionas, tú me dijiste que-
Kachak.
… De
pronto, la puerta del salón se abrió.
… Y sus
ojos se encontraron con los de Kodaka Hasegawa, observándola con el rostro
completamente rígido.
… Fue
terrible.
Kodaka tenía una pésima suerte, pero tengo que decir
que la mía es igual de mala – Eso
fue lo que pensó Yozora cuando empezó a entrar en desesperación.
¿Él me
vio? No puede ser, ¿De verdad vio lo que acaba de pasar? Me vio platicar con mi
amiga de air… No, él me vio platicando felizmente conmigo misma… Mierda,
mierda, esto es malo, qué hago, ¡¿Qué es lo que voy a hacer…?!
—………
Después
de un incomodo silencio, Kodaka comenzó a caminar hacia ella.
¡¿P-por
qué…?!
Era por
que el pupitre de Kodaka estaba en frente de la ventana donde Yozora estaba
sentada, pero ella estaba muy nerviosa para poder notarlo.
Una
diabólica sonrisa se dibujo en la cara de Kodaka que lo hizo parecer como un…
—¡Esa
sonrisa lo hace parecer como un halcón relamiéndose el pico después de haber
detectado a su presa!
Accidentalmente
Yozora dejó que sus pensamientos se escaparan por su boca. ¿Cómo podría no
hacerlo? Incluso Yozora pensaba que la sonrisa de Kodaka era aterradora.
Kodaka
parecía un poco dolido y un poco apenado después de escuchar las palabras de
Yozora.
El
corazón de Yozora se aceleró después de ver esa expresión.
En ese
instante, Yozora finalmente se dio cuenta de que esta era la oportunidad que había
deseado todo este mes para hablar con Kodaka por primera vez en diez años.
Yozora le
dio una mirada apasionada a Kodaka.
Recuerda…
recuérdalo, Taka.
Soy yo…
Sora.
Tu mejor
amigo, Sora.
—Este,
um…
Kodaka
abrió su boca.
— ¿…Qué? —
Le contestó Yozora, tratando de calmar los latidos de su corazón para poder
responderle de la manera más tranquila que pudo.
—… Umm…
Parecía
que Kodaka también estaba nervioso.
¿Podría
ser? ¿Acaso él me ha reconocido?
Yozora
pasó saliva mientras esperaba que Kodaka continuara.
En
realidad solo pasaron un par de segundos, pero después de ese corto periodo de
tiempo que se sintió como una eternidad…
—¿P-puedes
hablar con fantasmas o algo así?
……………………………
—¿Eh?
Yozora se
confundió después de que defraudaran sus expectativas en un modo que nunca
hubiera pensado.
…En los
siguientes momentos, en contra de su voluntad, la furia e irritación que sentía
Yozora por Kodaka tomaron el control de su cuerpo por no darse cuenta de quien
era ella y por eso Yozora le respondió que había estado platicando con su amiga
de aire, y que chica tan maravillosa era Tomo-chan.
Kodaka la
miró como si fuera la cosa más patética en todo el planeta.
«Ahora si lo arruine»,
pensó Yozora, arrepintiéndose muy tarde de lo que hizo.
—…Si
quieres hablar con algunos amigos, ¿Entonces por qué no haces amigos reales?...
ya sabes, como un amigo que no sea de aire, sino uno que exista de verdad…
El
comentario condescendiente de Kodaka hizo que Yozora se enojara.
—Hmph, no
tendría un amigo de aire si pudiera hacer eso.
Por
alguna razón, estaba increíblemente enojada con él.
Mira
quien lo dice, tú tampoco tienes amigos, fue lo que le gritó en su cabeza.
¿Por qué
yo soy la única que tiene que pasar por todo esto? ¿Por qué Kodaka está
actuando como si nada pasara cuando yo me siento así? ¡Estoy harta de él!
—¿Hm?
Ahora que te veo bien, tú eres el estudiante transferido que siempre está solo
en nuestra clase. Tú eres la última persona que debería sermonear a los demás
sobre tener amigos, Sr. Estudiante transferido.
Yozora
dijo es con toda la maldad que pudo reunir.
Kodaka
frunció el ceño y respondió,
—… Ya
tengo un mes aquí, deja de llamarme “estudiante transferido”.
Ya veo,
¿Así que no le gusta que le digan “estudiante transferido”? En ese caso,
—…… ¿Cuál
es tu nombre?
Le
preguntó Yozora, con la intención de saber como le gusta que lo llamen, pero…
—… Kodaka
Hasegawa.
… Dijo su
nombre. Aunque ella lo sabía todo este tiempo.
Argh,
¿Por qué no entendió lo que le quería decir?
Tomo-chan
siempre sabía lo que realmente quería decir…… ¿Por qué estoy siendo tan tonta?
Por supuesto que lo sabría, yo la inventé. Ya lo sé. Sí, ya lo sé.
Ahh, esto
es muy molesto. Yozora sabía que no tenía motivos para enojarse, pero no podía
evitar sentirse irritada.
Tal vez
sólo debería llamarlo “Taka”. A lo mejor de esa manera se daría cuenta que yo
soy Sora.
… Pero,
¿Qué tal si no lo hace?
Tal vez
sólo debería llamarlo “Hasegawa” hasta que se de cuenta… No, no quiero llamar a
Taka de forma tan reservada como “Hasegawa”, sin importar nada.
Por eso, Yozora
decidió que por el momento, hasta que sean amigos de nuevo, ella lo iba a
llamar “Kodaka”.
—¿Ya me
llamas por mi primer nombre…?
Le
preguntó Kodaka con una mirada confundida, pero a Yozora no le importó en
absoluto.
Después
de platicar un poco, Yozora comenzó a preguntarle cosas a Kodaka para tener
información acera de cómo paso los últimos diez años.
Aparentemente
la mala suerte no era la razón por la cual él todavía no tenía amigos aquí, él
tampoco había tenido amigos en la escuela anterior a esta.
…Yozora
se sintió un poco aliviada cuando escucho eso.
Los dos
comenzaron a conversar acerca de cómo se puede hacer amigos.
Era la
primera vez que Yozora platicaba con uno de sus compañeros en mucho tiempo, y a
pesar de eso, la conversación avanzaba sin ningún problema.
Quizás
era porque ella conversaba con Tomo-chan… o tal vez era porque Kodaka era
alguien especial para ella.
—… Tampoco
es como si estuviera desesperada por tener amigos.
Eso es cierto… tú eres todo lo que yo necesito.
—¿Uh?
Le
preguntó Kodaka con una expresión que denotaba dudas, pero Yozora fue capaz de
esquivar casualmente la pregunta.
Dudo que
muchas personas tengan a alguien con quien compartir una amistad verdadera
(como la que nosotros tuvimos) que no sea algo superficial.
Yozora
dijo eso a la mitad de la conversión con una pizca se cinismo.
Cuando
escucho eso, se dibujo una mirada solitaria en el rostro de Kodaka, y dijo:
—Tal vez,
pero aun así desearía poder encontrar a un verdadero amigo.
… Tienes uno, justo enfrente de ti.
… Cumplirías tu propio deseo si tan solo te dieras
cuenta de eso.
Un dolor
agudo recorrió el pecho de Yozora.
La
conversación de Yozora y Kodaka acerca de cómo poder hacer amigos continuo
después de eso y tardó mucho para que Kodaka tuviera la idea de unirse a un club.
Unirse a
un club… realmente parecía una excelente idea para hacer amigos.
… Pero
esa idea no era buena.
Kodaka
finalmente había regresado a ella, si él se unía entonces tendría menos tiempo
para pasar con ella.
Tal vez me podría meter a un club junto a Kodaka
entonces… esa idea cruzó la mente de
Yozora, pero incluso eso no les permitiría estar juntos y solos.
Y que tal
si Kodaka conseguía nuevos amigos en ese club…
Yozora se
rompió la cabeza y uso cualquier razón que pudo imaginar para quitarle a Kodaka
el deseo de unirse a un club.
Y, por
suerte, parece que tuvo éxito.
Kodaka se
quedó en silencio después de eso.
Yozora
dejó salir un suspiro en señal de alivio, pero al mismo tiempo… ella sentía que
un “club” no era una idea tan mala.
—…Aun
así, un club, uh…… un club…
Estar en
el mismo club que Kodaka le permitiría pasar más tiempo con él.
Ella
podría hablar con él en la escuela sin destacar, con el pretexto de estar en el
mismo club.
Sin
embargo, unirse a un club aun tenía muchos aspectos malos junto a los buenos.
Si tan
sólo hubiera un club que fuera nada más para nosotros dos…
—…… ¡Eso
es, un club!
Involuntariamente
Yozora gritó enérgicamente por su repentino destello de brillantez.
Kodaka
tenía una expresión de desconcierto, pero Yozora simplemente le contestó con
una sonrisa llena de satisfacción.
☺
«Solo espera un poco, Taka.»
Después
de dejar a Kodaka estupefacto en el salón, Yozora rápidamente se dirigió a la
sala del profesorado para poder obtener la documentación necesaria para poder empezar
un nuevo club.
Es tan sencillo, si no hay un club, todo lo que hay
que hacer es crear uno nuevo. Un club para Taka y para mí.
Gracias a
haber memorizado todas las reglas escolares escritas en su manual estudiantil
como una forma de matar el tiempo, Yozora sabía que era muy sencillo crear
nuevos club en esta escuela.
Mientras
caminaba, Yozora pensó en como nombrar a su club, y en cual sería una
descripción creíble. Ella también pensaba en como obtener un salón y un
consejero para el club.
Su mente
estaba sorprendentemente clara y las buenas ideas seguían llegando una después
de la otra.
Esto es…
puedo hacerlo.
Cada vez
que una sonrisa se colaba en su rostro, rápidamente ajustaba sus labios a su
usual forma.
Entonces,
de repente, algo entró a su visión.
Era un
tablón de anuncios en el pasillo, uno que contenía los resultados del examen
final de su primer año. Los ojos de Yozora observaron su nombre en el cuarto
lugar de la parte superior.
Ella era
el primer lugar de su salón, la clase 2-5, y en su examen final obtuvo
calificaciones muy altas, pero sin importar que tan buenas sean, siempre hay
alguien arriba de ti.
Todo lo
que le importaba a Yozora era superar la clase por si misma y lejos de
importarle el top, a ella le molestaba estar en el top 10 porque eso ocasionaba
que su nombre destacara debido a que era una lista muy grande. Aun así, el
nombre en la cima de dicha lista pertenecía a la estudiante con las notas más
altas y era alguien que simplemente no le agradaba a Yozora.
Sena Kashiwazaki
Ese era
el nombre de la estudiante de honor que siempre obtenía el primer lugar en
todos los exámenes de todas las materias desde que entró a la escuela.
Después
de escuchar que ella obtuvo una nota perfecta en el dificilísimo examen de
admisión de la Academia St. Crónica, Yozora se preguntaba que tipo de nerd era,
pero resulto ser una hermosa chica de cabellera rubia, ojos azules y un
increíble cuerpo.
Además de
ser buena en los estudios también era increíblemente atlética, aparte de ser la
hija única del director de la escuela. Ella era tan conocida que incluso
Yozora, que no hablaba con nadie en su salón, había escuchado que los hombres
en la clase de esa chica la adoraban como a una diosa.
Una
atractiva, inteligente, atlética y popular chica rica.
Yozora se
preguntaba si el término “popular” había sido hecho para describirla a ella.
Siempre
que se la encontraba en los pasillos, Yozora deseaba que se muriera de una
buena vez.
… Aun
así, incluso una molesta chica popular como ella era insignificante en este momento.
Después
de todo, Yozora ahora tenía una vida escolar con Taka que anhelaba.
Sena Kashiwazaki… nunca he hablado contigo, pero
supongo que ahora podría tener algo de simpatía por ti.
¡Desde hoy, yo también soy una persona Riajuu (Popular
o normal)!
☺
Después
de conseguir los formularios necesarios para crear un nuevo club, Yozora los
llenó antes de salir del edificio y hacer una visita a la capilla localizada en
los terrenos de la escuela.
A pesar
de ser una escuela religiosa, muy pocos estudiantes, incluyendo a Yozora, eran
cristianos y por consecuencia, muy pocos estudiantes iban a la capilla.
Amabas,
la nave y la sala de la capilla estaban abiertas al público en general y Yozora
venía seguido aquí para matar el tiempo cuando la biblioteca y su salón se
volvían muy ruidosos e incómodos.
Yozora se
dirigía al salón número 4, el lugar que Yozora pensó que podría usar como salón
para su nuevo club con Kodaka.
María
Takayama era la hermana a cargo de esa sala y Yozora la había visto varias
veces tomando una siesta en el sillón.
Yozora
nunca antes le había hablado, pero ella era una niña muy linda con aspecto nórdico
que se parecía un cachorro siberiano, también era una monja, así que Yozora
estaba segura que sería una niña amable y comprensiva.
Su mente
estaba decidida, esa niña sería nuestra consejera.
Para
poder formar un club nuevo uno necesitaba al menos tener un miembro del club
(Es decir, todo lo que necesitas es la persona que crea el club), y un
consejero. Las personas que pueden hacer el papel de consejero son maestros,
docentes especiales, monjas y otros empleados de la Academia.
Era muy
improbable que María Takayama ya fuese consejera de algún otro club, haciendo
que ella fuese la opción perfecta.
… y
bueno, a Yozora… no le desagradaban tanto los niños.
Había una
niña que le agradaba a Yozora quien frecuentemente iba a la librería donde
trabajaba medio tiempo, es por eso que ella estaba acostumbrada a hablar con
niños.
Probablemente
María no tenía amigos de su propia edad porque esta era una preparatoria, así
que Yozora no pensaba que fuese malo si Kodaka y ella pasaban un poco de tiempo
jugando con María de vez en cuando.
Mientras
Yozora estaba ocupada considerando todas esas cosas, finalmente llegó al salón
#4.
—Disculpe.
Yozora
entró al cuarto después de tocar la puerta, causando que María Takayama, que
había estado durmiendo en el sillón, hiciera “¿Fueh…?” y soltara un gemido de
sueño antes de levantarse y mirarla.
Mientras
Yozora se acercaba a María, ella pensaba que se veía como un lindo animalito,
—¡¿Q-quién
eres tú?! ¡Este es mi sagrado cuarto de siestas, basuras como tú no pueden
entrar!
De
repente María desafiantemente le gritó con todas sus fuerzas.
… ¿Uh?
Ella es un poco diferente de lo que me imaginaba…
Tal vez sólo está molesta por que la desperté, pensó Yozora.
Aun
confundida, Yozora sacó la forma de creación para un club, y le preguntó:
—…Um, soy
la numero 31 de la clase 2-5, Yozora Mikadzuki. Si pudiera, hay algo que me
gustaría que hiciera por mí, María Takayama-sensei.
—¡No!
… Esta mocosa.
Yozora se
las arreglo para evitar que su cara mostrara enojo, y continuo hablando con un
tono de voz tranquilo.
—… Umm,
¿Podría escuchar primero lo que tengo que decir?
— ¡No!
¡Lárgate idiota! ¡Idiooooota!
Yozora
persistió a pesar de los insultos de María, y continuó platicando con ella.
—… Me
gustaría hacer un nuevo club, ¿Sería posible que pueda usar esta habitación
para hacerlo?
— ¡Como
si lo supiera, idiotaaaa!
… Muy bien, creo que ahora la golpearé.
Mientras
esa idea pasaba por la mente de Yozora, del estomago de María se escucho un
lindo gruñido.
—Uu… —
Murmuró María, y después de haber visto como su cara se ponía un poco roja por
la vergüenza, toda la irritación de Yozora desapareció.
¿Entonces
ella está enojada por que tiene hambre? A Yozora le pareció adorable esa
reacción tan infantil.
—…Um,
¿Qué tal si primero le doy algo que le guste?
—¡¿Algo
que me guste?!
La cara
de María se encendió como un foco mientras caminaba hacia Yozora.
Sheesh,
entonces si es una niña linda.
Yozora
hurgó en su mochila buscando un regalo para María.
El
chocolate que compró ayer todavía debería de estar ahí, pero su mochila estaba
tan llena de libros y cuadernos que no lo podía encontrar (Yozora se aseguraba
de nunca dejar sus útiles en la escuela).
María le hechó
un vistazo a la mochila de Yozora, sus ojos brillaban de la emoción.
—Ah, aquí
está.
Yozora
sacó el chocolate de un solo y rápido movimiento.
¡¡Smack!!
—¡¿Bgogya?!
Yozora
había sacado su mano con tanta fuerza que el dorso de su mano derecha fuera a parar
directamente a la mejilla derecha de Yozora. Eso tuvo que doler, fue lo que pensó Yozora.
—¡¿Fueh…?!
Ah… Au… Sniff…
Las
lágrimas lentamente comenzaron a salir de los ojos de María.
—Ah……
Antes de
que Yozora se pudiera disculpar por lo que había hecho,
—¡¡Fuehhhhhh!!
¡¿P-p-p-p-p-por qué me pegaste?! ¡¿Dijiste que me ibas a dar algo, por qué me
pegaste?! ¡¡Por qué me pegaste, idiota, tonta, cabeza de caca!!
María
comenzó a sollozar fuertemente mientras observaba a Yozora.
A estas alturas, Yozora era su enemiga y nada más. Sería imposible que María escuchara lo que ella tenía que decir.
A estas alturas, Yozora era su enemiga y nada más. Sería imposible que María escuchara lo que ella tenía que decir.
Sin
embargo, Yozora tenía prisa para regresar al salón con Kodaka y no tenía tiempo
que desperdiciar.
…… Supongo
que es tiempo de un cambio de planes.
Yozora
rápidamente ajusto su estrategia para esta nueva situación.
—¡Hmph,
tonta! Sí te di algo, el dorso de mi mano. Deberías estar agradecida.
—¡¿Ehh?!
Los ojos
de María se abrieron en respuesta a la tiránica justificación de Yozora, pero
ella simplemente continuó_
—Una vez
dijo el señor: “Si alguien te golpea en
la mejilla derecha, ofrécele la otra” Por lo tanto, también te golpeare la
mejilla izquierda.
¡Slap!
En el
segundo en que Yozora terminó de hablar, ella siguió sus propias palabras y
ligeramente golpeó la mejilla izquierda de María.
—¡¿Fgyah?!
¡¡U-u-uwahhhhh!!
—Silencio.
Cállate, o de lo contrario…
—¡Eek!
El cuerpo
de María tembló de miedo mientras en silencio obedeció la despiadada orden de
Yozora.
Honestamente,
Yozora sí se sintió mal por lo que había hecho, pero también sentía que este
era el único modo para que finalizaran rápidamente sus negociaciones con María.
Incluso
si fue un accidente, una vez que le pegas a alguien, una vez que te ven como su
enemigo, la manera más segura para terminar las cosas es golpearlos hasta que
su voluntad para pelear sea destruida en pequeños pedazos.
Yozora
estaba segura de eso, por que siempre lo había hecho hasta ahora.
En
cualquier caso, Yozora estaba feliz de ver que María fue más fácil de convencer
de lo que pensaba.
Después de
todo, Yozora no quería golpear a una inocente niña más de lo que ya lo había
hecho.
Hoy su
meta era completar su objetivo lo más pronto posible, se aseguraría de darle un
dulce después para compensarla.
—…Oye,
María-sensei.
—¿Fueh…?
Mientras
María se sentaba con sus ojos llenos de lágrimas, Yozora intencionalmente hizo
una sonrisa que parecía la de una bruja malvada sin corazón, y le dijo:
—…El
señor también dijo…
…Y así,
Yozora obtuvo su consejera para el club.
☺
Después de terminar con el papeleo necesario para un club nuevo y regresar al salón, por alguna razón Kodaka ya se había ido a casa.
Decepcionada
por no poder decirle a Kodaka acerca del club, Yozora también se marchó a casa.
Entonces,
llegó el día siguiente.
Como
siempre Yozora no tuvo ni una oportunidad de hablar con Kodaka en clase, sin
embargo después de finalmente perder su temperamento, Yozora reunió el coraje
suficiente para pararse enfrente de Kodaka durante el almuerzo, y le dijo:
— Kodaka.
Ven conmigo un segundo.
Ella
inmediatamente salió del salón sin siquiera esperar una respuesta de Kodaka.
Por
suerte, Kodaka la siguió de todos modos.
Poco
tiempo después, al final de una escalera vacía, Yozora finalmente le dijo a
Kodaka acerca del nuevo club que ella había creado ayer.
El nombre
del club era “El club de Vecinos”.
La
descripción del club que ella escribió en la forma que entregó decía así: “De acuerdo con las enseñanzas del
Cristianismo, nuestro objetivo es convertirnos en buenos vecinos de nuestros
queridos compañeros y profundizar nuestra convivencia con ellos, trabajando
juntos con ellos para mejorar en muchas situaciones”.
… Sí, incluso yo pienso que no tiene sentido, y yo soy
la que lo escribió, pensó Yozora.
Dejando
esa tontería a un lado, la verdadera meta del club es “hacer amigos”.
Había
otra meta oculta en la metas del club, es decir, que el verdadero objetivo del
club es ayudar a que Yozora y Kodaka, ayudar a Sora y Taka para que sean amigos
de nuevo.
En este
día, el tiempo finalmente comenzó a moverse de nuevo después de estar congelado
por mucho tiempo.
Yozora
Mikazuki y Kodaka Hasegawa… El telón en su nueva historia por fin se había
levantado.
☺
Al día siguiente.
Mientras
Yozora y Kodaka se relajaban adentro del “Salón #4”, alguien empezó a tocar la
puerta del salón.
—Parece
que tenemos a nuestro primer miembro potencial.
Bromeó
Yozora con una sonrisa en su cara mientras se levantaba del sillón.
Ella iba
a decirle a su grosero visitante que este cuarto se estaba usando para sus
actividades del club.
Ka-lick.
Yozora
abrió la puerta y vio que en frente de ella estaba una chica que le resultaba
familiar.
—Este es
el club de vecinos, ¿Verdad? Me quiero unir.
Y así, su
historia, con el telón levantado, tomo una dirección, la cual Yozora nunca se
hubiera imaginado…
Se les agradece...
ResponderEliminarEspero que terminen este volumen ya que tiene historias
muy buenas