Epílogo - Montaña rusa en el crepúsculo
14 de Febrero, Domingo.
Febrero 14 -Día de San
Valentín- simplemente sucedió que fue en un domingo. Cuando las festividades
especiales son tomadas en consideración, la temporada de frio probó no ser un
obstáculo ante la popularidad del parque de atracciones lleno de gente.
Koutarou y Kiriha se encontraron rodeados de parejas y familias, cuyos rostros
se encontraban adornados de sonrisas y jubilo, mientras disfrutaban entre ellos
esta rara festividad con la gente que más apreciaban.
—Así que, Kiriha-san, ¿Cuál es
el plan? Has mencionado haber encontrado una pista de algún tipo…exactamente, ¿Qué
es lo que has descubierto?
—Cálmate un poco, Satomi
Koutarou. Hay tiempo para todo, no hay necesidad de apresurarse.
La razón principal por la cual
Kiriha había traído a Koutarou al parque con ella en ese día, era para
encontrar a alguien. Esta no era la primera vez que algo como esto pasaba, así
que Koutarou acepto de buena manera. En cuanto se refiere a Koutarou, después
de todo, Kiriha era una querida e irremplazable amiga para él, por lo que no
había manera de rechazarla. Además, la persona que ella buscaba era su primer
amor; Koutarou no tenía intenciones de rechazar su petición de ayuda.
Finalmente, esta vez Kiriha, incluso anunciando que ella obtuvo una pista al
fin, la cual hizo que su deseo de encontrar a esa persona fuera más entusiasta.
Kiriha lideraba mientras se
abría paso hacía el parque, Koutarou la seguía justo detrás. Mientras los dos
hacían su camino hacia las profundas partes del parque, Kiriha continuó
liderando, jamás dándole importancia a
la pista de su eventual destinación. Una sonrisa muda era su respuesta ante la
vista llena de confusión de Koutarou.
«Aun
así……algo parece fuera de lugar…»
Mientras Koutarou observaba la
espalda de Kiriha enfrente de él, fue golpeado por la impresión de que algo era
diferente. En el momento en que había partido de los apartamentos Corona, el sol
ya se había ocultado, y los profundos rayos color naranja que dejaba, dibujaban
largas sombras que se miraban detrás de él. La visión obtenida de ese momento,
que llegaba a sus ojos, le trajo algunos recuerdos e indescriptibles
sentimientos de nostalgia quemaron su pecho.
«Esto
se ha de deber a que hemos hecho esto muchas veces.»
Este apenas y era la primera
vez que Koutarou visitaba este parque con Kiriha. Con la excepción de la
primera vez que visitó este lugar en su “cita”, ellos habían realizado viajes
similares en numerosas ocasiones buscando a ese alguien. Quizás era debido al
hecho de que su cita dejó un gran impacto en él, que ese sentimiento de
familiaridad surgió dentro de él. Cual fuere la causa, era indiscutible que ese
escenario delante de él, lo llenaba lentamente con una profunda nostalgia. Un recuerdo de algo ya pasado, o
algo que le había hecho madurar de una manera inmensurable. Mientras seguía a
Kiriha, Koutarou busco en su memoria, la fuente de este sentimiento.
—Hemos llegado.
Kiriha se detuvo ante una de
las atracciones divertidas del parque. Ella, dándose la vuelta para estar cara
a cara con Koutarou, teniendo una expresión de excitación y con una sonrisa
radiante mientras observaba a toda la gente, como una niña ansiosamente esperando
en la línea.
—Esto es…
La atracción ante él no era
otra más que la montaña rusa. Él alzó su cabeza, logrando ver un tranvía
cargando pasajeros, mientras recorría un camino a gran altura.
—Esto es lo que quiero hacer
hoy.
—Espera. Estuviste planeando
en subirte a esta atracción con tu primer amor, ¿No es así? No me digas que te
has rendido en tu búsqueda.
Koutarou rechazó rotundamente
su proposición.
Kiriha y Koutarou habían
acordado previamente que su primer viaje en la montaña rusa seria con su primer
amor. Sí, en algún momento más delante, ella abandonara la búsqueda de “él”, o “él”
rechazará su confesión, entonces Koutarou tomaría el lugar de esa persona. Por
esta razón, Koutarou la rechazo sin pensarlo dos veces.
—Lo has entendido mal. No,
creo que he encontrado a la persona que he estado anhelando todo este tiempo: Onii-chan….
……Onii-chan…
En el segundo en que esa
palabra fue dicha, en la mente de Koutarou, una silueta diferente se sobrepuso
ante la de Kiriha.
«¡Esta
decidido! ¡Onii-chan, subámonos a esta la próxima vez!»
«¡Es
el que va por aquí y allá –woosh– y pasa rápido por todos lados!»
Esa joven niña de apenas 6
años que había conocido hace un mes antes, esa pequeña y joven niña con la cual
había pasado algunos de sus días. Esa figura tan familiar desapareció por un
instante, dejando solamente la esencia de Kiriha parada ante él, pero Koutarou
tenía la certeza de haberla visto a ella con toda seguridad.
«Espera,
no me digas….No, no es posible…Simplemente es demasiado para que sea una
coincidencia, ¿Cierto?»
Koutarou estaba enmudecido, un
pensamiento tomó lugar en su mente – un pensamiento que él inmediatamente
rechazo.
Siendo honestos, esta era la
primera vez que un pensamiento como ese se le había pasado por la cabeza. Como
sea, él, más que nadie, sabía cuan absurda era esta idea. Inclusive Koutarou,
de alguna manera para él, que se podría decir que el intelecto no era su punto
fuerte, era consciente de que una cosa como esta había burlado las leyes de causa
y efecto.
Y así, sin saber qué es lo que
debía de decir o hacer, Koutarou se quedó en blanco y aturdido.
Mientras Koutarou forcejeaba
para encontrar las palabras y hablar, Kiriha estrechó su mirada y habló con
pausa:
—Tú sabes, desde que vine a la
superficie, he estado buscando a esa persona de una manera errónea. Ese es el
por qué nunca he logrado ningún avance.
Su manera de hablar difería de
la manera habitual. Aunque ella se mantenía refinada como siempre, ella había
abandonado todas las formalidades, y habló como cualquier otra chica de su
misma edad. A pesar de ello, Koutarou fallo en detectar la diferencia;
ciertamente, esta manera de hablar lo golpeó, naturalmente. Esto era, después
de todo, la manera en que una chica normal hablaría. Ella simplemente era muy
madura para otras de chicas de su edad.
—Hace 10 años, cuando nos
conocimos, él tenía la misma edad que la que tengo yo ahora. Por consiguiente,
supuse que su madre debería de estar entre sus 30 o sus 40. Usando esa
suposición, he estado buscando mujeres en esa situación demográfica quienes
hubieran sido víctimas de accidentes de automóviles, pero siempre fallaba en
convertirlo en algo sustancial.
Kiriha había planeado en
utilizar a la madre de esa persona como punto de partida para buscar a su
primer amor. Asumiendo que la persona que ella buscaba era un chico, y que
rondaba por los 15 años, y que su madre tendría al menos 15 años más que él,
ella comenzó a buscar por mujeres que al menos tuvieran 30 y que hubieran
tenido un accidente automovilístico hace unos años atrás. Aunque, si bien ella
había manejado bien el asunto para encontrar a varias personas que encajaran
con la descripción, al final, ninguna de ellas estaba relacionada con su primer
amor.
—Cuando las pruebas fueron
infructuosas, lo intente de muchas otras maneras, pero todas fueron en vano
como ves. Comencé a dudar de mi misma, cuestionándome si de verdad esa persona
existía o no. ¿Quizás simplemente soñé con él?
La diligente Kiriha había
estado buscando, aunque no en vano. Frustrada y desesperada, ella comenzó a
dudar sobre sus memorias.
—Pero… ¡Pero! Hace unos
cuantos días, encontré esto…
Como si las lágrimas
desgarraran sus ojos, Kiriha tiró algo de su bolso.
—Y finalmente, finalmente entendí por qué jamás pude encontrarlo….El por qué jamás
encontré cualquier registro relacionado con el accidente de su madre…
Sosteniendo rápidamente con su
agarre, se encontraba un collar hecho de dientes de animales y gemas.
—E-eso es…
Mientras él miraba lo que ella
sostenía, Koutarou se dio cuenta de que no podía respirar. El collar que ella sostenía
no era otro más que el recuerdo que él mantenía escondido en su closet. Ambas
cosas, el collar y la historia que ella relató testificando que el deseo de
Koutarou de rechazar esa imposibilidad, no era más que la verdad.
—No me asombra que no haya
podido encontrarle jamás. Atrás cuando él era apenas un chico de seis…
La suposición original de
Kiriha era errónea. La madre del chico de sólo seis, era más como si estuviera
en sus 20, y por lo tanto había sido excluida de su búsqueda. No podía ser
culpada por ese error, aunque. En los registros era de seis años, y la persona
que ella estaba buscando era de dieciséis – ¿Quien habría podido suponer que
esto pudiera tener una conexión?
—Este es el recuerdo que yo le
di a él en nuestra despedida.
Si el chico ciertamente
tuviera seis años en ese mismo tiempo, entonces un sólo individuo tenía los
nuevos requerimientos. Esto era algo que ella había confirmado por sí misma.
Sumado al collar, lo que era imposible ahora tenía una alta probabilidad,
probablemente más. En este mismo momento, Kiriha visualizó la confirmación
final, la verdad del hecho que ella había estado buscando durante tanto tiempo.
—Como agradecimiento por esta carta,
la cual me la dio él, yo le di a él este collar como muestra de mi
agradecimiento.
Sacando algo dentro de su
bolso, Kiriha sacó una tarjeta.
Una tarjeta brillante, pero la
capa refractiva parecía estar algo desgastada; esta tarjeta era vieja. La
tarjeta mostraba el visado de un superhéroe con un motivo de escarabajo, la
superficie estaba empañada con caracteres escritos con un marcador.
Koutarou efectivamente había
visto esa tarjeta antes, y era más que familiar con esos caracteres inscritos
en la superficie. La joven chica de seis años un mes antes había conseguido sólo
una tarjeta de esas.
—Este collar era un recuerdo
de mi madre. Yo se lo di a esa persona, rezando para que mi madre pudiera cuidarlo
en mi lugar, manteniéndolo alejado de las lágrimas de soledad.
Kiriha sollozó. Kiriha, quien
jamás había revelado sus verdaderos sentimientos en público, ahora estaba
parada frente a él, llorando. Su expresión era una combinación de júbilo y
pena, una aplastante emoción causó que sus lágrimas fluyeran sin parar. Sus
lágrimas se deslizaron por su mejillas, la reflexión del agua añadida a los
rayos del sol crearon una radiante escena de un riachuelo descendiendo desde su
cara.
—Durante estos 10 largos años,
siempre me he preguntado… ¿Él era feliz? ¿Él se sentía solo…?
Kiriha parecía incapaz de
poder controlar sus emociones desbordantes. Su cuerpo temblaba, sus rodias también,
y ella parecía como si fuera a colapsar en cualquier momento. El menor contacto
y ella podría colapsar.
—Así que, ¡Respóndeme,
Koutarou! El dueño de este collar…. ¿Él es feliz? ¿O él se siente…solo?
Esta era la razón por la cual
Kiriha había estado buscándolo con tanta desesperación. La felicidad de aquel
que ella buscaba era su principal preocupación, sus propios sentimientos, pero
una idea tardía a fin de cuentas.
Hasta este día, Kiriha aún lo
amaba profundamente, pero ella no preguntó por sus sentimientos. Después de
todo, él tenía su propia vida. Tal vez él tenía una novia, tal vez una esposa.
Kiriha no deseo interrumpir en su vida, mientras pudiera transmitir los
sentimientos que ella tenía durante estos diez años, eso era suficiente.
No, lo que ella deseaba más
que todo, era saber si él era feliz, o si él se sentía solo. Esta era la
plegaria que ella confió junto con el collar, el deseo con el que ella llenó la
carta. Hasta que la respuesta llegara, ella no fue capaz de progresar tan
siquiera un paso, nunca fue capaz de moverse y buscar su propia felicidad.
—Hmmm… ¿Puedes pararte por ahí
por mí?
Enfrentándose ante esta
pregunta tan crítica, Koutarou eligió no responder, en su lugar entrecerró los
ojos y señalo a sus espaldas. Respondiendo con una solemne expresión y tono, se
logró recuperar de su shock inicial.
—¿Huh…? ¿Huhhhhh?
A diferencia de Koutarou,
quien había recuperado su calma, los sentimientos de Kiriha todavía se
encontraban en un caos. Deseando una respuesta de Koutarou, su respuesta había
salido de la nada para ella.
—¿Así?
Su confusión a pesar de todo,
hizo que ella retrocediese unos cuantos pasos debido a lo directo que fue. El
lugar indicado por Koutarou era el cartel de la montaña rusa, a la cual se
dirigían.
—Sí, así está bien.
Esperando hasta que ella
terminara de moverse, Koutarou la siguió.
—Ah…
Mientras Koutarou se
aproximaba lentamente, la ansiedad de Kiriha entró en aumento, aferrándose al collar
y la tarjeta que tenía en sus manos con aún más fuerza. Aunque, tal reacción
era de esperarse. Incluso si ella tenía varias piezas de lo que parecían ser
una prueba decisiva, todavía no era una probabilidad al 100%. Todo lo que ella
podía esperar eran las siguientes acciones de Koutarou con aprensión.
—Mm.
Pasando por alto la ansiedad
de Kiriha, Koutarou sonrió e inclino la cabeza. Su mirada no se enfocaba en su
persona, sino en el letrero detrás de ella. Volviéndose para mirar atrás de
ella, ella alcanzó a ver lo que estaba buscando.
Niños
menores de 140cm de altura no pueden montarse en esta atracción.
Escrito en el letrero se
encontraban algunos puntos de notificación, así como un aviso y una ilustración
representando la estatura en cuestión.
Esas palabras le llenaron de
felicidad, Koutarou extendió la mano sobre su cabeza.
—Realmente has crecido,
Kii-chan.
Encontrándose con sus ojos, la
mano de Koutarou jamás había acariciado con tal ternura sobre su cabeza.
—Ah…
Con esto, Kiriha se dio cuenta
de que lo que ella sentía estaba realmente en lo correcto. Una oleada de
emocione surgieron a través de ella, dejándola sin habla. Sin palabras, su boca
entreabierta y entrecerrada, no dejo escapar nada.
—Esta vez debe de estar bien,
¿Cierto?
La línea describiendo la
altura de 140cm alcanzaba con dificultad los hombros de Kiriha.
Por lo menos, ellos no
volverían a ver lo que se repitió en aquella ocasión, cuando un trabajador no
los dejo subirse a la atracción.
Mientras pensaba en regresar
de aquel momento tan embarazoso, una sonrisa involuntaria toco los labios de
Koutarou.
—En serio, has crecido mucho.
Casi no fui capaz de reconocerte.
—¿O-Onii-chan? ¿Realmente eres
tú, Onii-chan?
Kiriha una vez más estaba
siendo impulsada más allá de sus palabras. Sus sentimientos de euforia la
dejaron temblando de júbilo, con una fiebre de excitación.
—Sí, soy yo.
Koutarou asintió con la
cabeza. Aunque, si bien la imposibilidad de lo que acababa de ocurrir, llenó a
Koutarou de sorpresa, en lo que a él concernía, este no era más que un mes y
medio fuera. Simplemente no había manera en que sus sentimientos de estado de
shock superasen a los de Kiriha, para quien habían pasado 10 años. Además, la
vista de Kii, ahora –«Kiriha»– sollozando, le recordó a la encantadora chica que
había llorado por él. Koutarou se dijo a si mismo que tenía que ser fuerte, y
que debía de mantener la calma, especialmente mientras ella lloraba. Por esta
razón, Koutarou era capaz de observar a Kiriha con una vista apacible.
—Ah…
Repentinamente las rodillas de
Kiriha cedieron, y perdió su balance. La furia de sus sentimientos la dejaron
sin energía, y ella parecía lista para colapsar en cualquier instante.
—Cuidado.
Koutarou inmediatamente la
alcanzó y la cogió en brazos.
«Aunque
ella creció mucho, sigue tan delicada como antes.»
Siendo capaz de apoyar a
aquella quien lo había apoyado con anterioridad, un sentimiento de inmensa
gratitud corrió atreves de Koutarou. Kiriha envolvió sus brazos alrededor de
Koutarou, agarrándolo como si esa persona
fuera su salvavidas.
—…Onii-chan, eres realmente
Onii-chan…
Kiriha se acomodó entre los
brazos de Koutarou, como una hija lo haría con su padre. Koutarou se enderezo a
sí mismo, soportando su cuerpo con todas sus fuerzas.
—Eres una niña tan vivaz como
en aquel entonces. De todos modos, no eras tan mimada como lo eres ahora.
Con Kiriha envuelta en sus
brazos, Koutarou no podía ayudar, pero sonrió. La Kiriha ante él era efectivamente más infantil.
«Aún
no me puedo creer que ella realmente sea Kii-chan…»
La Kii escondida en lo
profundo del corazón de Kiriha, finalmente había emergido. Había ocasiones
pasadas en las que Kiriha había mostrado aspectos de la personalidad de Kii,
pero desde que Koutarou sabía acerca de Kii, jamás se salió de lugar. Aunque,
si bien era algo que jamás se lo creería debido a la rudeza, se sentía bien.
Dentro del corazón de Koutarou, las figuras de Kiriha y Kii comenzaron a
emerger.
—Tonto. ¡Aunque, si bien sólo
ha sido medio mes para Onii-chan, han sido diez largos años para mí! Qué hay de
malo con que sea mimada un poco, moo…
Los brazos de Kiriha cubrían
alrededor de su torso, sujetándolo a él de una manera hermética, como si
compensara diez años de sentimientos. Dentro de su corazón, ella renovó su plegaria.
Ella se aseguraría de que
Koutarou no se sintiera solo otra vez. Ella había emocionado su corazón.
Koutarou había apoyado con
anterioridad a ambas, Kii y Kiriha; esta vez, era su turno de apoyarlo a él. Su
sentimiento de amistad por su íntimo amigo Koutarou y su sentimiento de amor
por su Onii-chan se juntaron. El deseo de sus dos mitades emergió y se sublevaron,
manifestándose en un juramento incondicional.
—Mi culpa, mi culpa. Muy bien
entonces, lo que quieras preguntar hoy, te lo haré saber. ¿Hacemos eso?
—¿Lo que sea que pregunte?
Kiriha lo miró con una sonrisa
maliciosa.
—Seguro.
—¿No estás preocupado de que
pregunte algo loco?
—No. No eres ese tipo de
persona.
—Hehe~
Kiriha se rio felizmente. Una
vez más se acomodó dentro de los brazos de Koutarou, y apaciblemente le susurró
en su oído.
—Onii-chan, aún no has
respondido a mi pregunta. Respóndela primero y luego hablaremos.
Lo que ella quería saber era: ¿Él era feliz?
Sinceramente, ella ya lo
sabía. Hace diez años, mientras Koutarou había comenzado los preparativos para
su regreso a casa, él ya le había dado su repuesta. Teniendo un lugar al cual volver,
y gente por la cual regresar, era algo feliz.
Sin embargo, Kiriha quería
escucharlo de él. Durante estos 10
meses, había ella, Kiriha, ¿Le había protegido? Desde el periodo de hace dos
semanas, ¿Kii había resguardado su memoria por él? ¿Kiriha y Kii habían reconfortado
su corazón, o ellas habían sido las únicas beneficiadas de conocerlo? Ella
deseaba escucharlo claramente y con franqueza salir de su boca.
—Eso, huh.
Con una sonrisa irónica,
Koutarou miró hacia el cielo mientras aclaraba sus pensamientos. Los diez meses
desde que conoció a Kiriha, así como cada día desde su regreso… ¿Qué
significaba todo eso para él? En lo que se refiere al Koutarou de ahora, esa
era una pregunta fácil de responder.
—…El dueño de ese collar no es
el más listo. Quiero decir, ni siquiera fue capaz de reconocer quien era la que
estaba parada frente a él, sin mencionar que él siempre está metiéndose en
peleas con sus amigos.
Koutarou le sonrió a Kiriha.
Ya sea su sonrisa o su tono, ambos habían cambiado, casi como si estuviera
hablándole a una niña ahora.
—Pero en el instante en que se
separaron, no pudo evitar extrañar sumamente su vida pasada, por lo tanto,
luchó con todo lo que tenía para regresar. Así que si tuviera que decirlo… esa
persona definitivamente es feliz, o al menos, no hay manera de que esté solo.
Koutarou había optado
intencionalmente a hablarle en tercera persona; para él, mostrar directamente
sus sentimientos era un poco vergonzoso después de todo. Especialmente porque
la persona parada ante él era uno de los factores principales en su deseo de
regresar, eso hacia todo aún más vergonzoso.
—Estoy feliz… Estoy tan feliz…
A Kiriha no le importó en
absoluto. En el instante en que él había pronunciado la palabra “feliz”, su
corazón había sido inundado por una ola de felicidad y sus lágrimas fluyeron
desenfrenadas de sus ojos mientras ella lo sujetó fuertemente con un abrazo.
Ahora era muy claro para
Kiriha.
Ya no tenía que preocuparse
sobre si su primer amor era feliz o no. A partir de ahora, podría enfocarse en
convertirse en un pilar de fuerza para Koutarou. La sonrisa en su cara era su
mayor consuelo y proteger esa sonrisa ahora era su responsabilidad.
Y así continuó abrazándolo
fuertemente mientras las lágrimas fluían sin cesar. Aunque tenía que decirse,
que ya sea que Kiriha lo hubiera notado o no, el camino que había elegido no
había cambiado.
—Aunque en serio, todavía no
puedo creer que tú eres Kii-chan…
—Eres muy lento. Eso es algo
que pasó hace medio mes y apenas te estás dando cuenta.
—Lo siento.
Kiriha se acurrucó contra él y
continuó llorando. La gran cantidad de sentimientos que había acumulado a lo
largo de los años de repente buscó liberarse y tomaría algo de tiempo antes de
que fuera capaz de tranquilizarse. Koutarou, entendiéndolo, simplemente la
abrazó, sin hablar, hasta el momento en que sus lágrimas se detuvieron.
Después de algo de tiempo,
Kiriha finalmente se tranquilizó. Ella retrocedió medio paso y miró a Koutarou.
—Onii-chan.
Mientras hablaba, sus ojos se
entrecerraron.
—¿Mmm?
—Me he topado con un enigma.
Kiriha le colocó el collar que
llevaba en la mano a Koutarou. Por la forma en que ella lo veía, ese era el
lugar al que pertenecía.
Entonces agitó su tarjeta
hacia Koutarou antes de sostenerla en su pecho, como si indicara que ese era el
lugar al que pertenecía.
—¿Y cuál sería?
Incluso mientras hablaba, las
lágrimas continuaron escapándose de sus ojos. Escurriéndose por sus mejillas,
mojaron sus manos y el collar de Koutarou. Suavemente, él estiró el brazo y
secó las lágrimas de sus ojos. Su preocupación por ella hizo extremadamente
feliz a Kiriha y apretó sus ojos para detener el fluido.
—La Kiriha y Kii dentro de mi
corazón están en desacuerdo entre sí. Kiriha quiere molestarte, pero Kii sólo
quiere ser mimada por su Onii-chan.
—¿Eso es todo? Entonces no hay
nada de qué preocuparse.
Koutarou suspiró y se encogió
de hombros con impotencia.
—¿Qué quieres decir?
Kiriha ladeó la cabeza con
perplejidad, una acción que hablaba claramente de Kii. Aunque la expresión que
tenía era la misma de siempre, Koutarou, no obstante, fue atacado por la
impresión de que ella parecía extremadamente joven.
—¿No me digas que no has
notado cómo están mirándonos todos? Creo que están culpándome por hacerte
llorar.
La manera en que Kii y Kiriha
querían que Koutarou las mimara lo había puesto en un embrollo. Ya sea Kii o
Kiriha, al final el resultado era el mismo.
—Me hiciste llorar.
Kiriha reveló una sonrisa
traviesa antes de abrazarlo casi de la misma manera en que Kii lo haría. Los
aspectos de Kii y Kiriha de su persona se habían unido para molestar a
Koutarou. Dicho esto, Koutarou era la única persona a la que ella trataría así
voluntaria y felizmente.
—Será mejor que nos movamos.
Koutarou susurró en los oídos
de Kiriha.
Extrañamente, incluso con
Kiriha pegada tan cerca de él, el corazón de Koutarou estaba tranquilo. Quizás
por el hecho de que sus sentimientos por Kii y Kiriha se habían unido, lo
habían hecho capaz de aceptar esta situación. La impresión que ella le daba
ahora lo hacía sentir como la de Sanae.
—¿A dónde?— Kiriha preguntó
con sus ojos cerrados.
—A la montaña rusa, por
supuesto. No creo que pueda soportar las miradas de todos por más tiempo.
Lo que preocupaba a Koutarou
no era Kiriha abrazándolo fuertemente, sino más bien las miradas de las
personas alrededor de ellos.
—¿Dependiendo de las
atracciones de un parque de diversiones para hacer feliz a una chica? Esa es
una manera muy superficial de pensar, ¿no?
Kiriha levantó la cabeza con
una sonrisa y soltó a Koutarou. Aunque se burló de él con sus palabras, dentro
de su corazón, ella también estaba emocionada ante la perspectiva de subirse a
la montaña rusa. Después de todo, había estado esperando este momento por diez
años.
—Eso no es lo que quería
decir. ¿No te lo dije antes? Para ser honesto, realmente tengo ganas de subirme
a esa cosa… En pocas palabras, realmente quiero subirme por mí mismo.
Con eso, Koutarou comenzó a
avanzar. Kiriha lo siguió, con su cabeza apoyada en sus hombros. Los dos
parecían una pareja de enamorados mientras se abrían paso a la entrada de la
montaña rusa con pasos vivaces.
—Por cierto, Onii-chan, ¿Eso
era para mí? ¿Kiriha? ¿O eso era para Kii?
—No lo sé. ¿Hay alguna diferencia?
—Jaja, no importa. Te
perdonaré esta vez. Tanto Koutarou como Onii-chan, en verdad se avergüenzan
fácilmente.
—Oh, cállate.
Mientras la noche caía, la
temperatura descendió bruscamente en este día de febrero. Con la puesta del
sol, el clima invernal se acercó cuando el anochecer llegó. Un parque de
diversiones se tiñó de un color carmesí profundo mientras era bañado con la luz
de la puesta del sol. Una montaña rusa de alta velocidad.
Nada particularmente notable
sucedió ese día. Un joven usando un collar de estilo tradicional y una joven
sosteniendo una carta anticuada en sus manos, subieron juntos a una montaña
rusa.
Una escena de vacaciones
ordinaria como cualquier otra.
Y sin embargo, un cambio
crucial había tomado lugar en la relación entre los dos.
Quiero saber q cambios hay en su relación :) algún spoiler,???
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