lunes, 29 de diciembre de 2014

[Capítulo 1] Cuando todo comenzó - BWTGS Connect


Era una mañana brillante, a la mitad del mes de Mayo.
Un mes en el nuevo semestre, las nuevas relaciones de los estudiantes de la clase 2-5 ya se habían consolidado, cada uno de ellos está felizmente entretenido con su juventud en este nuevo ambiente.
Muchos de ellos estaban ocupados hablando con sus nuevos amigos del salón, los de años anteriores, o con ambos.


El tema numero uno de discusión entre ellos era el estudiante transferido que se suponía que llegaba hoy a la clase.
¿Por qué ahora, ya pasado un mes del semestre? ¿Es un chico o una chica? Espero que sea un chico guapo. Espero que sea una chica linda. Espero que sea divertido. ¿Me pregunto si es inteligente? ¿Será bueno en un deporte? Sería genial que tocara un instrumento.
… Sin embargo, había una chica que no participaba en tan animada conversación, ella estaba sentada sola en su pupitre con el ceño fruncido mientras leía un libro.
Su sedoso cabello negro era algo digno de contemplar y sus refinados rasgos faciales le daban un aire de sofisticación.
Ella era Yozora Mikazuki.
Ocasionalmente hacía una mueca al escuchar las alegres voces de sus compañeros o los gritos de los clubs deportivos en la pista de carreras del patio, todo eso sin levantar sus ojos de aspecto aburrido de su libro.
Desde que entró al segundo grado… No, desde que entró a esta escuela, Yozora pasaba de esta manera la mayoría de los días en clase.
Su aspecto era lo suficientemente bueno como para atraer la atención de la gente y en abril, algunos de sus compañeros trataron de conversar con ella, sin embargo, debido a que ella siempre habla con un tono de voz frío y siempre respondía de manera pobre (O algunas veces no respondía nada), ya no quedaba nadie en la clase que quisiera hablar con ella.
Además de su atmosfera nada amigable, ella también tenía buenas notas y habilidades atléticas, y también le daría la más fría de las miradas a cualquiera que tratara de meterse con ella, lo cual la salvó de cualquier tipo de acoso escolar que pudiese haber ocurrido.
También, su actitud en clase no era nada buena. Era especialmente mala en la clase de ingles, donde ignoraba completamente cualquier actividad que requería trabajar con alguien más, simplemente optaba por mirar fijamente la ventana. Sin embargo, a pesar de su actitud, ningún maestro la regañó por eso ya que sus calificaciones eran las mejores de la clase.
Una persona rara a la que le gusta estar sola y odia a las demás personas.
Así era como los otros estudiantes de la clase 2-5 veían a Yozora Mikadzuki, y fue la misma Yozora la que se hizo esa reputación.
Una vida escolar sin amigos, sin hablar con alguien ni involucrándose con los demás.
Sería una mentira decir que ella lo disfrutaba.
También sería una mentira decir que ella no tenía interés en vivir una agradable vida escolar.
Es obvio que disfrutar algo es mucho mejor que sólo estar aburrida por ello, es sentido común.
No es que ella disfrutara estar sola, o que odiara a las demás personas.
Aun así, si eso significa tener que “pasar por eso”, entonces era mejor evitar una vida escolar agradable.
Sin amigos, sin novio.
Yo estoy bien sola.
Eso es lo que Yozora pensaba… o mejor dicho, eso es lo que fue forzada a pensar.
En ese momento, la campana sonó, señalando el inicio de la clase.
Tres minuto después, su maestra entró al salón con una cara de preocupación y le dijo a sus alumnos, “Por alguna razón, el estudiante transferido que llegaría hoy aun no ha llegado”, haciendo de la clase un mar de murmullos.
«A quién le importa», pensó Yozora.
No importa si un estudiante transferido viene aquí, no tiene nada que ver conmigo.
La clase terminó con algunos estudiantes murmurando entre si mientras Yozora guardaba su libro y apuntes de Historia antes de volver a leer.
No tenía un disgusto en particular por la lectura, pero también era cierto que rara vez disfrutaba mucho leer un libro en clase.
En la escuela, frecuentemente escogía pequeños libros extranjeros traducidos al Japonés o libros académicos, el tipo de libros que pondrían a dormir a la mayoría de jóvenes de su edad.
De hecho, a Yozora tampoco le gustaban mucho esos libros, y muchas veces terminaba simplemente leyendo las palabras de una página sin comprender lo que estaba escrito.
Su criterio para escoger los libros que iba a leer en clases era sencillo.
Ella quería libros que, si alguien le preguntaba que estaba leyendo, lo harían sonreír incómodamente a uno y se alejarían después de saber que libro era.
Los libros que Yozora leía en la escuela no eran más que un escudo para repeler a otros.
Gracias a que frecuentemente leía eso libros, adquirió un gran conocimiento sobre varios temas, sin embargo, ese conocimiento era inútil dado que no tenía con quien compartirlo.
A decir verdad, ella disfrutaba de los libros más simples y entretenidos.
Podía leer y disfrutar novelas de misterio, romance o fantasía, pero de hecho disfrutaba más leyendo un manga que una novela, en especial le gustaban los mangas shonen para niños pequeños.
El protagonista siempre ganaba. El esfuerzo siempre es recompensado.
Y por encima de todo, la amistad es eterna y nunca se destruye.
Victoria, esfuerzo, amistad. A Yozora le gustaban las historias basadas en estos simples principios.
¿Cómo podrían no gustarle? Después de todo, eran mucho mejor que la realidad.
Si tan solo la realidad fuera tan sencilla como lo es en un manga shonen…
Yozora no era lo suficientemente ingenua para desear algo como eso de verdad, pero ocasionalmente la idea flotaba por su mente.
La campana sonó, avisando a todos el comienzo del primer periodo.
Su maestra de Historia, la Srta. Asada (una joven maestra de aspecto tímido), comenzó con la clase poco después.
Ella siempre daba la clase exactamente siguiendo el libro, debido a esto la clase no era muy difícil, pero por eso era muy aburrida.
Esto lo sufría especialmente Yozora, quien siempre leía de antemano el material que cubría la clase, por eso no aprendía nada nuevo.
Aparte de los chicos que se emocionaban porque la hermosa Srta. Asada les daba clase, el resto de la clase cayó en la misma monotonía de siempre.
Cerca de la mitad del primer periodo, muchos alumnos estaban cerca o ya estaban contando ovejas.
Yozora estaba entre esos estudiantes, sus parpados a cada minuto se ponían más pesados desde que apoyó la quijada en su brazo y miraba fijamente su libro antes de finalmente cerrar sus ojos por completo.
De repente, la clase cobró vida de nuevo.
Aparentemente alguien acababa de entrar por la puerta del salón.
«¿A quién le importa…?» Pensó Yozora, sin siquiera abrir sus ojos. Estoy muy cansada para esto, fue lo que se dijo a si misma.
—Ah… ¿Quién eres tú?
Y lo que le contestaron a la Srta. Asada fue:
—Soy el nuevo estudiante transferido, Kodaka Hasegawa. Mucho gusto.
¡¿Uwah…?!
La voz que todos escucharon era tan extrañamente profunda que hizo que los instintos naturales de todos gritarían algo peligroso próximamente. Incluso Yozora se sorprendió un poco y por eso abrió sus ojos para ver de donde provenía esa voz.
En ese instante, todo rastro de sueño en ella desapareció por completo.
Una cabeza con cabello castaño y un rubio opaco que daba la impresión de que él trató de teñirlo pero lo hizo mal y un par de ojos penetrantes que parecía que te estaba observando todo el rato.
Y como si su cara aterradora no fuese suficiente, por alguna razón sus ojos estaban enrojecidos, dando la impresión que el era alguna clase de drogadicto.
… ¡Por todos los cielos! Este chico es alguien de cuidado.
Pensamientos similares a este atravesaron las mentes todos los alumnos. Incluso la Srta. Asada parecía asustada.
Sin embargo, sólo Yozora estaba ocupada pensando algo completamente diferente a los demás.
Yo conozco a ese chico.
Lo recuerdo. Siempre lo he recodado. Nunca lo he olvidado. Nunca podría olvidarlo.
¡Taka!
El mejor amigo de Yozora que de repente la abandonó hace diez años.
10 años han pasado, pero ese pelo característico de él y sus ojos siguen siendo los mismos que en el pasado.
Su nombre era “Kodaka”, y por eso su apodo era “Taka”.
Ella, por otro lado, nunca le dijo su nombre real, “Yozora”, e hizo que la llamara por su apodo “Sora”.
Ella jamás le menciono su género y lentamente se convirtieron en mejores amigos, pero mientras los días pasaban, un dolor agudo en su pecho iba creciendo. Ese dolor, probablemente por la culpa que sentía, eventualmente se convirtió en algo que ya no pudo aguantar, así que finalmente reunió el coraje suficiente para decirle la verdad, pero entonces, de pronto, él desapareció.
La vida de Yozora después de eso fue tan desastrosa que la única manera de describirla era como un pasado oscuro.
Ella trató muchas cosas para llenar el vacío que le causó la desaparición de Taka.
Intento hacer cosas que la harían gemir y retorcerse en agonía tan solo por recordarlas una vez más…
Y, después de todo eso, lo que Yozora finalmente decidió hacer… fue simplemente rendirse.
Se dijo a si misma que ya no iba a ser capaz de tener una juventud normal y se resignó a tener ese destino. Entonces ella guardó las memorias felices de todos los días que pasó con Taka en lo más profundo de su corazón y dejó de intentar tener una vida divertida, en lugar de eso, escogió guardarse todo y solo dejar que pasara el tiempo cada día.
—E-está bien, entonces, um, t-te puedes sentar en el pupitre de allá…
La Srta. Asada mandó a Kodaka a su asiento.
Antes de dirigirse a su asiento, Kodaka echó un vistazo alrededor del salón e hizo una intimidante y diabólica sonrisa, la que esperarías ver en un monstruo come hombres, haciendo que el ambiente en el salón se tornara aun más frío.
Probablemente Yozora fue la única que sintió alivio en lugar de miedo.
Realmente él no ha cambiado nada en estos diez años.
Es malísimo haciendo una sonrisa, y cualquier intento de ser amigable con otras personas siempre causa el efecto contrario.
… Aunque a Yozora también le gustaba esa parte de él, por que ella era muy parecida.
Entonces Kodaka Hasegawa comenzó a caminar hacia su asiento.
El resto de los alumnos aparataron la mirada, pero Yozora no, ella era la única que miraba fijamente a Kodaka.
Kodaka, con la misma sonrisa diabólica de antes, casualmente pasó frente al pupitre de Yozora.
Parecía que estaba increíblemente nervioso y no se dio cuenta de que Yozora lo observaba.
Mientras ella estaba enojada por que él no la reconoció de inmediato, hoy era la primera vez en un largo… de verdad, muy largo tiempo que Yozora se había sentido así de emocionada.
Taka había regresado a mí.
Se sentía como si el tiempo por fin había vuelto a avanzar después de estar congelado estos diez años.
Antes de que se diera cuenta, en el rostro de Yozora se formó una sonrisa.
¡Eso es…… mi juventud comienza ahora!


¡Eso es, mi juventud comienza ahora!
Hubo un tiempo en que ella tuvo esos pensamientos.
—¡¿Por qué todavía no se da cuenta?!— Gritó Yozora con voz áspera, incapaz de contener su frustración estando sola en el salón en la puesta de sol.
Rápidamente se dio cuenta de lo que había hecho y comenzó a sonrojarse mientras revisaba que no hubiera nadie afuera del salón.
No había nadie en el pasillo, al parecer no hubo alguien que escuchara su grito.
Mientras una sensación de alivio recorría su cuerpo, Yozora se dirigió al escritorio de Kodaka cerca de la ventana.
Entonces abrió la ventana, se sentó en el borde y suspiro mientras observaba el pupitre de Kodaka enfrente de ella.
Ha pasado un mes desde que Kodaka llegó a esta escuela.
Yozora pasó los primeros días emocionada preguntándose cuando Kodaka se daría cuanta de quien era ella, lo cual era por si solo muy agradable.
Sin embargo, una semana pasó rápidamente, después dos, después tres, sin ningun signo de que Kodaka tuviera una minima sospecha de que Yozora era su viejo mejor amigo, Sora.
De hecho, ella aun no había tenido una solo oportunidad de hablar con Kodaka.
Todos los compañeros de Yozora veían a Kodaka como alguien peligroso después de su terrible primera impresión y mientras Kodaka hacía su mejor esfuerzo para solucionarlo tratando de hablar con ellos, su sorprendente mala suerte causaba el efecto contrario.
En realidad, Yozora pensaba que la forma en que veía a los compañeros que se sentaban alrededor de él se parecía a como un halcón observaba a su presa, como si estuviera decidiendo a quien de ellos iba a asaltar. De hecho, era tan mala que ella se preguntaba si tal vez de verdad él era un delincuente.
No se atrevía a iniciar una conversación con el (chico que todos piensan que es un) delincuente al que nadie le hablaba.
Encima de eso, normalmente Yozora evitaba hablar con alguien en clase, por lo tanto si ella iba y conversaba con Kodaka, todos se iban a dar cuenta.
… Era muy, como decirlo… muy vergonzoso para ella.
 Aunque la razón más importante…  era que después de pasar tanto tiempo sola y aislada en la escuela, ella ni siquiera sabía como hablar con alguien más.
Este era un problema muy serio.
¿Cómo lo llamaba? ¿Debería decir “Um”, “Oye”, “Hola”, “Que tal” o “Disculpa”? ¿Cómo deciden las demás personas cual frase usar? Ella desconocía ese tema por completo.
Por eso, Yozora había estado esperando que Kodaka fuera el que le hablara, pero… por alguna razón, Kodaka solo intentaba hablar con otros chicos y no importaba cuantas veces Yozora caminara delante de él, o que tan seguido ella fuera al casillero que estaba atrás, pretendiendo ir por libros y otras cosas, Kodaka no la notaba ni un poco.
Pensando como ella paso el último mes con pecho lleno de una insoportable cantidad de irritación.
¡Me esfuerzo mucho para poder hablarle, pero él solo…!
La irritación en su pecho continuaba creciendo y no había señales de que fuera a detenerse.

Esto está empeorando, necesito hacer mi “rutina”.
—¿Oye, tú que piensas de esto, Tomo-chan?
De repente… Yozora volteo para su lado y comenzó a conversar con el espacio vacío que estaba a su lado.
Un amigo de aire.
Yozora inventó este personaje ficticio después de “cierto suceso” durante su paso por la secundaria, esencialmente era un amigo imaginario, con el mismo contexto de imaginar tocar una guitarra de aire.
Su nombre era Tomo-chan.
Tomo-chan era atractiva, atlética, una chica increíble, hábil en muchos tipos de arte incluyendo el canto y la pintura, pero también se preocupaba por los demás y especialmente por su mejor amiga, Yozora. Ella era la amiga perfecta que siempre tenía una historia divertida para contar y siempre tenía listo un oído para escuchar tus problemas (un oído hecho de aire, por supuesto).
A diferencia de la mayoría de los amigos imaginarios con los que los niños del mundo sueñan, Yozora no podía ver a Tomo-chan y tampoco creía que existiera de verdad.
Incluso Yozora sentía que lo que estaba haciendo era totalmente ridículo.
De verdad era ridículo… muy patético.
El nombre que le dio era muy simple, y pensándolo bien, era imposible que un humano perfecto como Tomo-chan solo tuviera a Yozora como amiga.
Pero aun así, eso no detuvo a Yozora.
De la misma forma en que alguien se siente lleno de energía después de tocar una guitarra de aire y pretender que acaba de dar un concierto real, tener una conversación con Tomo-chan era muy agradable.
De hecho, en lugar de ser agradable… sería más apropiado decir que eso le permitía hacer el papel de chica “normal” de preparatoria teniendo una charla agradable con sus amigos “normales”.
Ella había tenido experiencias similares en el pasado cuando pretendía ser un superhéroe con Kodaka. Se metía tanto en su papel que intentaba doblar su cuerpo en formas que no eran apropiadas solo para poder hacer algún tipo de ataque especial, solo para acabar lastimada. En pocas palabras, Yozora siempre tuvo la tendencia de llevar demasiado lejos cualquier juego.
Sin embargo, también era muy conciente de cómo dicha tendencia la había metido en muchos problemas en el pasado, por eso era muy cuidadosa escogiendo el tiempo y el lugar para hablar con Tomo-chan, pero… hoy no fue lo suficientemente cuidadosa.
—Oh sí, ahora que lo mencionas, tú me dijiste que-
Kachak.
… De pronto, la puerta del salón se abrió.
… Y sus ojos se encontraron con los de Kodaka Hasegawa, observándola con el rostro completamente rígido.
… Fue terrible.
Kodaka tenía una pésima suerte, pero tengo que decir que la mía es igual de mala – Eso fue lo que pensó Yozora cuando empezó a entrar en desesperación.
¿Él me vio? No puede ser, ¿De verdad vio lo que acaba de pasar? Me vio platicar con mi amiga de air… No, él me vio platicando felizmente conmigo misma… Mierda, mierda, esto es malo, qué hago, ¡¿Qué es lo que voy a hacer…?!
—………
Después de un incomodo silencio, Kodaka comenzó a caminar hacia ella.
¡¿P-por qué…?!
Era por que el pupitre de Kodaka estaba en frente de la ventana donde Yozora estaba sentada, pero ella estaba muy nerviosa para poder notarlo.
Una diabólica sonrisa se dibujo en la cara de Kodaka que lo hizo parecer como un…
—¡Esa sonrisa lo hace parecer como un halcón relamiéndose el pico después de haber detectado a su presa!
Accidentalmente Yozora dejó que sus pensamientos se escaparan por su boca. ¿Cómo podría no hacerlo? Incluso Yozora pensaba que la sonrisa de Kodaka era aterradora.
Kodaka parecía un poco dolido y un poco apenado después de escuchar las palabras de Yozora.
El corazón de Yozora se aceleró después de ver esa expresión.
En ese instante, Yozora finalmente se dio cuenta de que esta era la oportunidad que había deseado todo este mes para hablar con Kodaka por primera vez en diez años.
Yozora le dio una mirada apasionada a Kodaka.
Recuerda… recuérdalo, Taka.
Soy yo… Sora.
Tu mejor amigo, Sora.
—Este, um…
Kodaka abrió su boca.
— ¿…Qué? — Le contestó Yozora, tratando de calmar los latidos de su corazón para poder responderle de la manera más tranquila que pudo.
—… Umm…
Parecía que Kodaka también estaba nervioso.
¿Podría ser? ¿Acaso él me ha reconocido?
Yozora pasó saliva mientras esperaba que Kodaka continuara.
En realidad solo pasaron un par de segundos, pero después de ese corto periodo de tiempo que se sintió como una eternidad…
—¿P-puedes hablar con fantasmas o algo así?

……………………………

—¿Eh?
Yozora se confundió después de que defraudaran sus expectativas en un modo que nunca hubiera pensado.
…En los siguientes momentos, en contra de su voluntad, la furia e irritación que sentía Yozora por Kodaka tomaron el control de su cuerpo por no darse cuenta de quien era ella y por eso Yozora le respondió que había estado platicando con su amiga de aire, y que chica tan maravillosa era Tomo-chan.
Kodaka la miró como si fuera la cosa más patética en todo el planeta.
«Ahora si lo arruine», pensó Yozora, arrepintiéndose muy tarde de lo que hizo.
—…Si quieres hablar con algunos amigos, ¿Entonces por qué no haces amigos reales?... ya sabes, como un amigo que no sea de aire, sino uno que exista de verdad…
El comentario condescendiente de Kodaka hizo que Yozora se enojara.
—Hmph, no tendría un amigo de aire si pudiera hacer eso.
Por alguna razón, estaba increíblemente enojada con él.
Mira quien lo dice, tú tampoco tienes amigos, fue lo que le gritó en su cabeza.
¿Por qué yo soy la única que tiene que pasar por todo esto? ¿Por qué Kodaka está actuando como si nada pasara cuando yo me siento así? ¡Estoy harta de él!
—¿Hm? Ahora que te veo bien, tú eres el estudiante transferido que siempre está solo en nuestra clase. Tú eres la última persona que debería sermonear a los demás sobre tener amigos, Sr. Estudiante transferido.
Yozora dijo es con toda la maldad que pudo reunir.
Kodaka frunció el ceño y respondió,
—… Ya tengo un mes aquí, deja de llamarme “estudiante transferido”.
Ya veo, ¿Así que no le gusta que le digan “estudiante transferido”? En ese caso,
—…… ¿Cuál es tu nombre?
Le preguntó Yozora, con la intención de saber como le gusta que lo llamen, pero…
—… Kodaka Hasegawa.
… Dijo su nombre. Aunque ella lo sabía todo este tiempo.
Argh, ¿Por qué no entendió lo que le quería decir?
Tomo-chan siempre sabía lo que realmente quería decir…… ¿Por qué estoy siendo tan tonta? Por supuesto que lo sabría, yo la inventé. Ya lo sé. Sí, ya lo sé.
Ahh, esto es muy molesto. Yozora sabía que no tenía motivos para enojarse, pero no podía evitar sentirse irritada.
Tal vez sólo debería llamarlo “Taka”. A lo mejor de esa manera se daría cuenta que yo soy Sora.
… Pero, ¿Qué tal si no lo hace?
Tal vez sólo debería llamarlo “Hasegawa” hasta que se de cuenta… No, no quiero llamar a Taka de forma tan reservada como “Hasegawa”, sin importar nada.
Por eso, Yozora decidió que por el momento, hasta que sean amigos de nuevo, ella lo iba a llamar “Kodaka”.
—¿Ya me llamas por mi primer nombre…?
Le preguntó Kodaka con una mirada confundida, pero a Yozora no le importó en absoluto.
Después de platicar un poco, Yozora comenzó a preguntarle cosas a Kodaka para tener información acera de cómo paso los últimos diez años.
Aparentemente la mala suerte no era la razón por la cual él todavía no tenía amigos aquí, él tampoco había tenido amigos en la escuela anterior a esta.
…Yozora se sintió un poco aliviada cuando escucho eso.
Los dos comenzaron a conversar acerca de cómo se puede hacer amigos.
Era la primera vez que Yozora platicaba con uno de sus compañeros en mucho tiempo, y a pesar de eso, la conversación avanzaba sin ningún problema.
Quizás era porque ella conversaba con Tomo-chan… o tal vez era porque Kodaka era alguien especial para ella.
—… Tampoco es como si estuviera desesperada por tener amigos.
Eso es cierto… tú eres todo lo que yo necesito.
—¿Uh?
Le preguntó Kodaka con una expresión que denotaba dudas, pero Yozora fue capaz de esquivar casualmente la pregunta.
Dudo que muchas personas tengan a alguien con quien compartir una amistad verdadera (como la que nosotros tuvimos) que no sea algo superficial.
Yozora dijo eso a la mitad de la conversión con una pizca se cinismo.
Cuando escucho eso, se dibujo una mirada solitaria en el rostro de Kodaka, y dijo:
—Tal vez, pero aun así desearía poder encontrar a un verdadero amigo.
… Tienes uno, justo enfrente de ti.
… Cumplirías tu propio deseo si tan solo te dieras cuenta de eso.
Un dolor agudo recorrió el pecho de Yozora.
La conversación de Yozora y Kodaka acerca de cómo poder hacer amigos continuo después de eso y tardó mucho para que Kodaka tuviera la idea de unirse a un club.
Unirse a un club… realmente parecía una excelente idea para hacer amigos.
… Pero esa idea no era buena.
Kodaka finalmente había regresado a ella, si él se unía entonces tendría menos tiempo para pasar con ella.
Tal vez me podría meter a un club junto a Kodaka entonces… esa idea cruzó la mente de Yozora, pero incluso eso no les permitiría estar juntos y solos.
Y que tal si Kodaka conseguía nuevos amigos en ese club…
Yozora se rompió la cabeza y uso cualquier razón que pudo imaginar para quitarle a Kodaka el deseo de unirse a un club.
Y, por suerte, parece que tuvo éxito.
Kodaka se quedó en silencio después de eso.
Yozora dejó salir un suspiro en señal de alivio, pero al mismo tiempo… ella sentía que un “club” no era una idea tan mala.
—…Aun así, un club, uh…… un club…
Estar en el mismo club que Kodaka le permitiría pasar más tiempo con él.
Ella podría hablar con él en la escuela sin destacar, con el pretexto de estar en el mismo club.
Sin embargo, unirse a un club aun tenía muchos aspectos malos junto a los buenos.
Si tan sólo hubiera un club que fuera nada más para nosotros dos…
—…… ¡Eso es, un club!
Involuntariamente Yozora gritó enérgicamente por su repentino destello de brillantez.
Kodaka tenía una expresión de desconcierto, pero Yozora simplemente le contestó con una sonrisa llena de satisfacción.


«Solo espera un poco, Taka.»
Después de dejar a Kodaka estupefacto en el salón, Yozora rápidamente se dirigió a la sala del profesorado para poder obtener la documentación necesaria para poder empezar un nuevo club.
Es tan sencillo, si no hay un club, todo lo que hay que hacer es crear uno nuevo. Un club para Taka y para mí.
Gracias a haber memorizado todas las reglas escolares escritas en su manual estudiantil como una forma de matar el tiempo, Yozora sabía que era muy sencillo crear nuevos club en esta escuela.
Mientras caminaba, Yozora pensó en como nombrar a su club, y en cual sería una descripción creíble. Ella también pensaba en como obtener un salón y un consejero para el club.
Su mente estaba sorprendentemente clara y las buenas ideas seguían llegando una después de la otra.
Esto es… puedo hacerlo.
Cada vez que una sonrisa se colaba en su rostro, rápidamente ajustaba sus labios a su usual forma.
Entonces, de repente, algo entró a su visión.
Era un tablón de anuncios en el pasillo, uno que contenía los resultados del examen final de su primer año. Los ojos de Yozora observaron su nombre en el cuarto lugar de la parte superior.
Ella era el primer lugar de su salón, la clase 2-5, y en su examen final obtuvo calificaciones muy altas, pero sin importar que tan buenas sean, siempre hay alguien arriba de ti.
Todo lo que le importaba a Yozora era superar la clase por si misma y lejos de importarle el top, a ella le molestaba estar en el top 10 porque eso ocasionaba que su nombre destacara debido a que era una lista muy grande. Aun así, el nombre en la cima de dicha lista pertenecía a la estudiante con las notas más altas y era alguien que simplemente no le agradaba a Yozora.
Sena Kashiwazaki
Ese era el nombre de la estudiante de honor que siempre obtenía el primer lugar en todos los exámenes de todas las materias desde que entró a la escuela.
Después de escuchar que ella obtuvo una nota perfecta en el dificilísimo examen de admisión de la Academia St. Crónica, Yozora se preguntaba que tipo de nerd era, pero resulto ser una hermosa chica de cabellera rubia, ojos azules y un increíble cuerpo.
Además de ser buena en los estudios también era increíblemente atlética, aparte de ser la hija única del director de la escuela. Ella era tan conocida que incluso Yozora, que no hablaba con nadie en su salón, había escuchado que los hombres en la clase de esa chica la adoraban como a una diosa.
Una atractiva, inteligente, atlética y popular chica rica.
Yozora se preguntaba si el término “popular” había sido hecho para describirla a ella.
Siempre que se la encontraba en los pasillos, Yozora deseaba que se muriera de una buena vez.
… Aun así, incluso una molesta chica popular como ella era insignificante en este momento.
Después de todo, Yozora ahora tenía una vida escolar con Taka que anhelaba.
Sena Kashiwazaki… nunca he hablado contigo, pero supongo que ahora podría tener algo de simpatía por ti.
¡Desde hoy, yo también soy una persona Riajuu (Popular o normal)!


Después de conseguir los formularios necesarios para crear un nuevo club, Yozora los llenó antes de salir del edificio y hacer una visita a la capilla localizada en los terrenos de la escuela.
A pesar de ser una escuela religiosa, muy pocos estudiantes, incluyendo a Yozora, eran cristianos y por consecuencia, muy pocos estudiantes iban a la capilla.
Amabas, la nave y la sala de la capilla estaban abiertas al público en general y Yozora venía seguido aquí para matar el tiempo cuando la biblioteca y su salón se volvían muy ruidosos e incómodos.
Yozora se dirigía al salón número 4, el lugar que Yozora pensó que podría usar como salón para su nuevo club con Kodaka.
María Takayama era la hermana a cargo de esa sala y Yozora la había visto varias veces tomando una siesta en el sillón.
Yozora nunca antes le había hablado, pero ella era una niña muy linda con aspecto nórdico que se parecía un cachorro siberiano, también era una monja, así que Yozora estaba segura que sería una niña amable y comprensiva.
Su mente estaba decidida, esa niña sería nuestra consejera.
Para poder formar un club nuevo uno necesitaba al menos tener un miembro del club (Es decir, todo lo que necesitas es la persona que crea el club), y un consejero. Las personas que pueden hacer el papel de consejero son maestros, docentes especiales, monjas y otros empleados de la Academia.
Era muy improbable que María Takayama ya fuese consejera de algún otro club, haciendo que ella fuese la opción perfecta.
… y bueno, a Yozora… no le desagradaban tanto los niños.
Había una niña que le agradaba a Yozora quien frecuentemente iba a la librería donde trabajaba medio tiempo, es por eso que ella estaba acostumbrada a hablar con niños.
Probablemente María no tenía amigos de su propia edad porque esta era una preparatoria, así que Yozora no pensaba que fuese malo si Kodaka y ella pasaban un poco de tiempo jugando con María de vez en cuando.
Mientras Yozora estaba ocupada considerando todas esas cosas, finalmente llegó al salón #4.
—Disculpe.
Yozora entró al cuarto después de tocar la puerta, causando que María Takayama, que había estado durmiendo en el sillón, hiciera “¿Fueh…?” y soltara un gemido de sueño antes de levantarse y mirarla.
Mientras Yozora se acercaba a María, ella pensaba que se veía como un lindo animalito,
—¡¿Q-quién eres tú?! ¡Este es mi sagrado cuarto de siestas, basuras como tú no pueden entrar!
De repente María desafiantemente le gritó con todas sus fuerzas.
… ¿Uh? Ella es un poco diferente de lo que me imaginaba…
Tal vez sólo está molesta por que la desperté, pensó Yozora.
Aun confundida, Yozora sacó la forma de creación para un club, y le preguntó:
—…Um, soy la numero 31 de la clase 2-5, Yozora Mikadzuki. Si pudiera, hay algo que me gustaría que hiciera por mí, María Takayama-sensei.
—¡No!
… Esta mocosa.
Yozora se las arreglo para evitar que su cara mostrara enojo, y continuo hablando con un tono de voz tranquilo.
—… Umm, ¿Podría escuchar primero lo que tengo que decir?
— ¡No! ¡Lárgate idiota! ¡Idiooooota!
Yozora persistió a pesar de los insultos de María, y continuó platicando con ella.
—… Me gustaría hacer un nuevo club, ¿Sería posible que pueda usar esta habitación para hacerlo?
— ¡Como si lo supiera, idiotaaaa!
… Muy bien, creo que ahora la golpearé.
Mientras esa idea pasaba por la mente de Yozora, del estomago de María se escucho un lindo gruñido.
—Uu… — Murmuró María, y después de haber visto como su cara se ponía un poco roja por la vergüenza, toda la irritación de Yozora desapareció.
¿Entonces ella está enojada por que tiene hambre? A Yozora le pareció adorable esa reacción tan infantil.
—…Um, ¿Qué tal si primero le doy algo que le guste?
—¡¿Algo que me guste?!
La cara de María se encendió como un foco mientras caminaba hacia Yozora.
Sheesh, entonces si es una niña linda.
Yozora hurgó en su mochila buscando un regalo para María.
El chocolate que compró ayer todavía debería de estar ahí, pero su mochila estaba tan llena de libros y cuadernos que no lo podía encontrar (Yozora se aseguraba de nunca dejar sus útiles en la escuela).
María le hechó un vistazo a la mochila de Yozora, sus ojos brillaban de la emoción.
—Ah, aquí está.
Yozora sacó el chocolate de un solo y rápido movimiento.
¡¡Smack!!
—¡¿Bgogya?!
Yozora había sacado su mano con tanta fuerza que el dorso de su mano derecha fuera a parar directamente a la mejilla derecha de Yozora. Eso tuvo que doler, fue lo que pensó Yozora.
—¡¿Fueh…?! Ah… Au… Sniff…
Las lágrimas lentamente comenzaron a salir de los ojos de María.
—Ah……
Antes de que Yozora se pudiera disculpar por lo que había hecho,
—¡¡Fuehhhhhh!! ¡¿P-p-p-p-p-por qué me pegaste?! ¡¿Dijiste que me ibas a dar algo, por qué me pegaste?! ¡¡Por qué me pegaste, idiota, tonta, cabeza de caca!!
María comenzó a sollozar fuertemente mientras observaba a Yozora.



A estas alturas, Yozora era su enemiga y nada más. Sería imposible que María escuchara lo que ella tenía que decir.
Sin embargo, Yozora tenía prisa para regresar al salón con Kodaka y no tenía tiempo que desperdiciar.
…… Supongo que es tiempo de un cambio de planes.
Yozora rápidamente ajusto su estrategia para esta nueva situación.
—¡Hmph, tonta! Sí te di algo, el dorso de mi mano. Deberías estar agradecida.
—¡¿Ehh?!
Los ojos de María se abrieron en respuesta a la tiránica justificación de Yozora, pero ella simplemente continuó_
—Una vez dijo el señor: “Si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele la otra” Por lo tanto, también te golpeare la mejilla izquierda.
¡Slap!
En el segundo en que Yozora terminó de hablar, ella siguió sus propias palabras y ligeramente golpeó la mejilla izquierda de María.
—¡¿Fgyah?! ¡¡U-u-uwahhhhh!!
—Silencio. Cállate, o de lo contrario…
—¡Eek!
El cuerpo de María tembló de miedo mientras en silencio obedeció la despiadada orden de Yozora.
Honestamente, Yozora sí se sintió mal por lo que había hecho, pero también sentía que este era el único modo para que finalizaran rápidamente sus negociaciones con María.
Incluso si fue un accidente, una vez que le pegas a alguien, una vez que te ven como su enemigo, la manera más segura para terminar las cosas es golpearlos hasta que su voluntad para pelear sea destruida en pequeños pedazos.
Yozora estaba segura de eso, por que siempre lo había hecho hasta ahora.
En cualquier caso, Yozora estaba feliz de ver que María fue más fácil de convencer de lo que pensaba.
Después de todo, Yozora no quería golpear a una inocente niña más de lo que ya lo había hecho.
Hoy su meta era completar su objetivo lo más pronto posible, se aseguraría de darle un dulce después para compensarla.
—…Oye, María-sensei.
—¿Fueh…?
Mientras María se sentaba con sus ojos llenos de lágrimas, Yozora intencionalmente hizo una sonrisa que parecía la de una bruja malvada sin corazón, y le dijo:
—…El señor también dijo…
…Y así, Yozora obtuvo su consejera para el club.


Después de terminar con el papeleo necesario para un club nuevo y regresar al salón, por alguna razón Kodaka ya se había ido a casa.
Decepcionada por no poder decirle a Kodaka acerca del club, Yozora también se marchó a casa.
Entonces, llegó el día siguiente.
Como siempre Yozora no tuvo ni una oportunidad de hablar con Kodaka en clase, sin embargo después de finalmente perder su temperamento, Yozora reunió el coraje suficiente para pararse enfrente de Kodaka durante el almuerzo, y le dijo:
— Kodaka. Ven conmigo un segundo.
Ella inmediatamente salió del salón sin siquiera esperar una respuesta de Kodaka.
Por suerte, Kodaka la siguió de todos modos.
Poco tiempo después, al final de una escalera vacía, Yozora finalmente le dijo a Kodaka acerca del nuevo club que ella había creado ayer.
El nombre del club era “El club de Vecinos”.
La descripción del club que ella escribió en la forma que entregó decía así: “De acuerdo con las enseñanzas del Cristianismo, nuestro objetivo es convertirnos en buenos vecinos de nuestros queridos compañeros y profundizar nuestra convivencia con ellos, trabajando juntos con ellos para mejorar en muchas situaciones”.
… Sí, incluso yo pienso que no tiene sentido, y yo soy la que lo escribió, pensó Yozora.
Dejando esa tontería a un lado, la verdadera meta del club es “hacer amigos”.
Había otra meta oculta en la metas del club, es decir, que el verdadero objetivo del club es ayudar a que Yozora y Kodaka, ayudar a Sora y Taka para que sean amigos de nuevo.
En este día, el tiempo finalmente comenzó a moverse de nuevo después de estar congelado por mucho tiempo.
Yozora Mikazuki y Kodaka Hasegawa… El telón en su nueva historia por fin se había levantado.


Al día siguiente.
Mientras Yozora y Kodaka se relajaban adentro del “Salón #4”, alguien empezó a tocar la puerta del salón.
—Parece que tenemos a nuestro primer miembro potencial.
Bromeó Yozora con una sonrisa en su cara mientras se levantaba del sillón.
Ella iba a decirle a su grosero visitante que este cuarto se estaba usando para sus actividades del club.
Ka-lick.
Yozora abrió la puerta y vio que en frente de ella estaba una chica que le resultaba familiar.
—Este es el club de vecinos, ¿Verdad? Me quiero unir.
Y así, su historia, con el telón levantado, tomo una dirección, la cual Yozora nunca se hubiera imaginado… 

1 comentario:

  1. Se les agradece...
    Espero que terminen este volumen ya que tiene historias
    muy buenas

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